Harold Gramatges fue un compositor, pianista y profesor cubano. Considerado como uno de los más importantes representantes de la creación musical cubana del siglo XX.

Harold Gramatges nació en la ciudad de Santiago de Cuba y allí inició sus estudios de piano en el Conservatorio Provincial de Oriente. Más tarde amplió sus conocimientos en el Conservatorio Municipal de La Habana y en el Grupo Renovación Musical, que nucleó a mediados de los 40 a los más avanzados autores del país.

Años después fundó y dirigió la orquesta de esta institución capitalina, donde también ejerció como profesor de armonía, composición, estética e historia de la música. Además de su labor como músico, a través del tiempo también dio su contribución directa al desarrollo de la cultura en general de nuestro país.

Ocupó diversas responsabilidades y participó como miembro o presidió instituciones culturales. En 1951 hasta 1960 presidió la Sociedad Cultural Nuestro Tiempo. Igualmente fue Jefe del Departamento de Música de la Casa de las Américas y Presidente de la Asociación de Música de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, UNEAC.

Su apariencia tranquila, su trato amable, siempre activo ha representado un considerable aporte a la enseñanza musical de Cuba, a través de seis décadas, defendiendo siempre la cubanía.

En 1958 obtuvo el Premio Reichold del Caribe y Centroamérica, otorgado por la Orquesta Sinfónica de Detroit, con su Sinfonía en Mi. Y en 1997, fue merecedor del Premio Iberoamericano de la Música Tomás Luis de Victoria.

Fue admirador de la música de Omara Portuondo y Los Papines, Buenavista Social Club y NG la Banda.

Su vasta obra incluye música sinfónica, de cámara, coral, para piano, guitarra, canciones y música para ballet, cine y teatro.

Falleció un 16 de diciembre de 1908.

Su vida en una ocasión la sintetizó en estas palabras: “Me precio de ser -y eso lo digo a cada rato a mis alumnos y amistades- una persona que ha prodigado mucho amor, no porque regalo sino porque creo en el amor. Tengo una convicción tan absoluta que no es una frase, una palabra, sino una realidad… esa realidad viene calzada por mi experiencia personal”.