
Este 5 de noviembre, cuando Bayamo celebró sus 509 años de haber nacido con esa carga extraordinaria de historia y cultura, la Asamblea Municipal del Poder Popular le confirió dos nuevos hijos ilustres.
Le nacieron precisamente desde la cultura, ese conjunto de conocimientos, tradiciones y costumbres que caracterizan a un pueblo, y que convierte en sus embajadores a quienes la trasmiten indeleblemente, a quienes se entregan cada día al empeño de nutrir y fortalecer esos valores culturales, en convertirlos en factor motivacional, a pesar de lo duro de estos tiempos.
Ha sido la entrega constante en ese sentido, lo que tuvo en cuenta el órgano de Gobierno local, para declarar hijos ilustres de la ciudad, a José Alberto Tamayo Díaz y a César Reyes Ampudia.
El primero, cantante, solista y vocalista con más de 30 años de vida artística, y más conocido por El Ruiseñor, ha logrado una presencia permanente en actos y festejos de la ciudad, y ha sido multipremiado dentro y fuera del ámbito local y nacional, aunque su mayor premio, acaso es la identificación, el cariño y simpatía que ha logrado sembrar en su pueblo, al que le canta una y otra vez con una carga inestimable de motivación, esperanza y optimismo.
A César Rayes, el mago Ampudia, le reconoce la ciudad el estar entre los artífices de la reanimación cultural de la Sierra Maestra en 1985; organizar y dirigir el evento Mi Villa Mágica, y crear en la provincia la compañía de magia GRANMAGIA, del Consejo de las Artes Escénicas.
En su haber cuenta, entre otros múltiples aportes y reconocimientos, el haber cumplido misión cultural en Venezuela y ciudades fronterizas con Brasil y Colombia, y el ganar en el 2007, el Gran Premio de Magia Humorística de Cuba, en el encuentro Titingó, en el cual es jurado actualmente.
Reconocido como El Comediante de la magia, o El embrujador alegre, como lo bautizara la periodista Soledad Cruz en la Sierra Maestra, es ese embajador cultural de trato afable, sencillo, y dispuesto siempre a animar con su arte la vida de su pueblo.