
Hace pocos días comentaba con la profesora bayamesa de Historia y Marxismo Leninismo, Isabel Julia Labrada Villavicencio, sobre la forma incorrecta en que determinadas personas cantan nuestro Himno nacional.
-Pienso que no lo han aprendido bien-decía-y lo peor es que muchos fingen, entonándolo entre dientes.
“Los labios y los rostros no engañan, comentaba un colega de Juventud Rebelde, una simulación de movimiento bucal es muchas veces la respuesta, como si cantar el Himno fuese para algunos obligación ciudadana y no, primero que todo, deber de cubania ”
“Igual pasa con quienes ni se inmutan cuando suenan las primeras notas y se justifican alegando a quemarropa que no saben cantar, como si el nuestro fuera un Himno privativo del bel canto y las escuelas de música”, precisaba el profesional de la información.
Por su parte, la conocida pedagoga del territorio argumentaba que en su etapa escolar, de primero al sexto grados, estudiaban a figuras relevantes de la melodía cubana: Brindis de Salas, Ernesto Lecuona, José Casas Romero, Miguel Faílde… .
“El objetivo no era formar músicos, precisa la profe Isabel, sino dotarnos de conocimientos generales, mientras de séptimo a octavo nos enseñaban las notas musicales, escribir en papel pautado, solfear…”.
“Aprendíamos temas nacionales: La comparsita, La bella cubana, El mambí… y en especial el Himno Nacional que cantábamos los viernes”.
“Era tanto el amor por lo nuestro que la maestra de sexto grado Estela Marina Pérez Corría, escribió el himno a la ciudad, titulado Bayamo inmortal, musicalizado por René Capote, que entonábamos con amor fomentando, a la vez, sentimientos de pasión y respeto”,
Otro estudioso del tema refiere que la letra de nuestro canto patrio es un testimonio de lucha, habla del orgullo y valor que sienten los habitantes de este país por su historia y al mismo tiempo muestra la identidad que nos define: valientes, luchadores y dispuestos a dar la vida por la nación.
Se trata entonces de un cántico de combate, símbolo de la nación cubana compuesto por el poeta y revolucionario cubano Pedro Figueredo, en agosto de 1867, e instrumentado por Manuel Muñoz Cedeño, surgido en el estallido de la lucha subversiva contra el coloniaje español, exhortando al pueblo a tomar las armas para luchar por la independencia.
Durante la rememoración del aniversario 152 de su primera interpretación, en Bayano, el destacado intelectual granmense Luis Carlos Suárez, dijo : “Cuando cantamos el himno, entonamos la vida de nuestros próceres, ponemos melodía a nuestros sueños y esperanzas”.
No hay nada más cierto, vocalizarlo alto y fuerte, es motivo de orgullo, es nutrir de energía positiva el alma de los cubanos, recordar nuestro pasado y afianzar el futuro.