El hombre que iluminó rincones de la serranía

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Por Luis Carlos Frómeta Agüero | 18 diciembre, 2022 |
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Foto LUIS CARLOS FRÓMETA AGUERO

GERÓNIMO MARSÁN COUSO.CHOFER-LUMINOTÉCNICO Y FUNDADOR DE LA TV SERRANA.

“Nadie imaginó que en medio de la monotonía de un pueblo pequeño, en lo más intrincado de la Sierra Maestra, surgiera en 1993  una productora de videos y documentales para reflejar las raíces de sus pobladores en pleno período especial.

“En ese tiempo trabajaba como taxista en la agencia de Buey Arriba y como el transporte se afectó, me reubicaron en el autoconsumo de la empresa.

“Conocí que la televisora  buscaba personal y opté por una plaza de chofer-luminotécnico. Pasé tres meses de habilitación en Holguín y aprobados los exámenes  me incorporé a la  institución, cuyas realizaciones iniciales evidenciaron las limitaciones de quien se enfrenta por primera vez al medio audiovisual.

“Apenas conocía de encuadre cinematográfico, del trabajo con las cámaras, de cómo iluminar las áreas de filmación…todo lo  aprendí allí.

“Aquel mundo también resultaba nuevo para los campesinos que nos veían como seres extraños:

-¿Qué vienen a hacer aquí esos “peluses” con moñitos?-preguntaban al vernos pasar.

“Nos trataban con recelo, desconfiados, sin pensar que pronto serían  actores protagónicos de videos y documentales.

“Contra viento y marea seguimos nuestra labor por la Sierra Maestra, asistíamos a cursos de superación profesional en la sede y cuando los lugareños comenzaron a ver en pantalla al desmochador, al arriero y a los personajes históricos del lugar, mejoraron las relaciones interpersonales.

“Paulatinamente se transformó la imagen campesina, que tuvo su génesis en el proyecto de Daniel Diez, el primer director y consagrado promotor a quien se le debe, además, muchos  cambios sociales originados en la comunidad.

“La TVS fue una academia forjadora de comportamientos y sabiduría, brindó la posibilidad de visitar lugares que jamás pensé: la Isla de la Juventud, Baracoa e infinidades asentamientos de la ruralidad serrana.

“Me aportó muchas amistades, conocí a importantes personalidades del arte y la cultura nacional y extranjera. Nunca imaginé convivir 18 años con un colectivo tan maravilloso, en el que la unidad y el deseo de hacer andaban juntos.

“A veces brotaban en la memoria buenos temas para la realización como la historia de cuatro mujeres que vivían en el lugar conocido como La nave, cerca del puente San Pablo de Yao, alejadas de  relaciones matrimoniales.

“Hablé con el realizador Rigoberto Jiménez, se interesó en el asunto y  materializó el documental que tituló Las cuatro hermanas.

Anécdotas vividas fueron muchas.  En cierta ocasión  llegamos a la comunidad de Limones para  filmar a un curandero que eliminaba los parásitos del cuerpo, mediante un vaso de agua  colocado encima de la mesa.

“Llegó  el mediodía y nos dispusimos al almuerzo que traíamos .El arriero acompañante sintió sed y   desconociendo lo narrado por el testimoniante, se bebió de un tirón el agua de la ceremonia espiritual.

“Al reanudar la misión nos percatamos de que el morador del bohío detuvo la mirada en el recipiente sagrado, ahora vacío.

“Nuestro carretero, con marcada inocencia y  peculiar forma de hablar dijo:

-Si lo que busca es el agua del vaso…¡me la empujé!”.

 

 

 

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