Ella, con un tono suave calmaba con voz paciente los nervios alterados de una madre que cargaba en brazos a su hijo enfermo, mientras le explicaba con detalles el tratamiento que debía seguir para espantar aquella dolencia

Y es que enfermeras y enfermeros forman parte también de ese ejército de batas blancas del que tantas veces habló con orgullo nuestro Fidel y que sigue siendo ejemplo en el mundo cuando se trata de calmar dolencias y enfrentar epidemias

Cuantas familias son protagonistas a diario de escenas similares, cuantas emocionantes historias atesoran estos hombres y mujeres dedicados al cuidado y atención de la salud. Las huellas de sus manos salvadoras son visibles en muchas partes del mundo.

Con cuanta dedicación y sacrificio cumplen con la misión encomendada atravesando ríos, selvas, visitando aldeas en las que sus habitantes jamás habían visto una enfermera. Eso es Revolución, eso es una conquista, ese es el personal de enfermería en Cuba, parte importante del gran ejercito de batas blancas.

La tierra que los vio nacer les agradece por el deber cumplido, con la bandera cubana izada en alto, con lágrimas que llenas de alegría y orgullo atesoran experiencias. La familia se suma a la felicitación. El pueblo los aplaude, el mundo los recuerda, Fidel sonríe satisfecho y los exhorta a continuar escribiendo historias de humanismo con su ejemplo, amor, sacrificio y dedicación.