Un homenaje para Maestri y para todos los árbitros

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Por Osviel Castro Medel | 5 diciembre, 2024 |
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FOTO/ Jit

Quizás la fecha conmemorativa debió oficializarse antes. De cualquier manera lo mejor es que desde inicios de este siglo la celebramos en Cuba cada 4 de diciembre para homenajear a los árbitros.

La idea surgió en un pleno nacional de la Comisión de jueces y árbitros del año 2000 para reconocer el trabajo de los que imparten justicia y rara vez son elogiados en los eventos deportivos.

Se tomó el 4 de diciembre pues ese día el reconocido “ampaya” Amado Maestri defendió a un grupo de universitarios que se lanzaron al terreno del entonces Gran Stadium del Cerro (hoy Latinoamericano) para protestar contra la dictadura de Fulgencio Batista.

La enciclopedia cubana Ecured y otros sitios apuntan que esa defensa de Maestri ocurrió en 1957. Sin embargo, varios periodistas ilustres como Víctor Joaquín Ortega y Juan A. Martínez de Osaba y Goenaga señalan que el hecho ocurrió el 4 de diciembre de 1955.

“El domingo 4 de diciembre de 1955 un grupo de estudiantes al mando de Juan Nuiry, presidente de la FEU, en sustitución de José Antonio Echevarría, que estaba herido y arrestado, se lanzó al terreno del Coloso del Cerro durante un partido entre Habana y Almendares. La golpiza no se hizo esperar, pero el acto surtió el efecto deseado”, relató el propio Nuiry al periódico Granma en un texto titulado Desafío sin precedentes,  que fue publicado el 6 de diciembre de 2005.

Maestri, árbitro principal de aquel juego, puso su propio pellejo en riesgo al enfrentarse a la policía y exigir que no se maltratara a ningún estudiante.

No era la primera vez que lo hacía pues  el 26 de noviembre de 1952 José Antonio Echevarría, Fructuoso Rodríguez, Juan Pedro Carbó y otros integrantes de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) protagonizaron un acto similar y recibieron la protección del reconocido ampaya.

El imparcial se había hecho célebre en 1947 cuando actuaba como árbitro en la Liga Mexicana, contratado por el magnate de aquel país Jorge Pasquel. Ese mismo personaje, millonario por demás, bajó al terreno para discutir una decisión de Maestri, que estaba en el home play. Le dijo que debía irse del estadio, a lo que el cubano respondió: “Yo me voy del estadio y de México, pero el que tiene que irse ahora mismo es usted”.

Esta anécdota y las dos del estadio habanero prueban el carácter de este hombre, quien había sido receptor en su juventud, con el equipo Cubanaleco.

«Rectitud tanto dentro y fuera del terreno, llevar una vida ordenada y, principalmente, un gran conocimiento del juego y de las reglas del béisbol, y la indispensable sicología de los jugadores». Así definía cómo debía ser un árbitro en entrevista al destacado periodista José González Barros.

Por desdicha Maestri solo pudo actuar en dos series nacionales. Tras un fuerte ataque de asma falleció en septiembre de 1963. Había nacido en la capital cubana el 8 de diciembre de 1909. Su nombre es, desde hace rato, imprescindible en la historia del deporte nacional.

Él y  todos los árbitros merecen nuestro respeto eterno.

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