
Cuando el letal coronavirus hizo su aparición en el mundo, no imaginó que encontraría adversarios a la altura de su complejidad, entre quienes se cuentan a las enfermeras y enfermeros, cuyo trabajo -junto al de otros profesionales de la salud- ha sido imprescindible para minimizar las cifras y los efectos de esta mortífera pandemia.
No ha existido un centro de aislamiento o vacunatorio donde no se les vea protagonizando las labores que han contribuido a que hoy el miedo y el aislamiento, derivados de la Covid-19, vayan perdiendo espacio y nuestras vidas retomen el cauce habitual que tenían antes de su triste irrupción.
Por eso al celebrarse, este jueves, el día internacional de la enfermería, la efeméride se erigió en motivación especial para homenajear, en el teatro Bayamo, a todos los granmeses que ataviados de blanco, alivian y curan con su conocimiento y amor donde el dolor clama.
En el acto conmemorativo se reconocieron a 20 trabajadores que participaron destacadamente en el combate a la referida pandemia, mientras otros tres colegas recibían la distinción Manuel Fajardo Rivero, otorgada a quienes se han consagrado por más de 20 años a este humana profesión.
Asimismo, los medialuneros Lázaro Alarcón González y Carlos Reyes Remón, merecieron la orden Lázaro Peña, distinción que se otorga para reconocer extraordinarios méritos laborales.
En el acto Ángela Aguilar Lemes, presidenta de la Sociedad Cubana de Enfermería capítulo Granma, expresó: “Nuestra misión es lograr un óptimo estado de salud de las personas con énfasis en la prevención de riesgos, promoción de salud y atención personalizada”.
La dirigente también agradeció a sus colegas esa hermosa disposición de salvar vidas poniendo en riesgo las suyas, como muestra inobjetable de su incondicionalidad al mejoramiento de la salud humana.
Por su parte, Yovanis Fonseca González, jefe de la sección de enfermería en la Dirección provincial de Salud, refirió: “Cuando se hace un recuento de los momentos duros, lacerantes, heroicos y complejos de la Covid-19 allí estaba el gremio de la enfermería. Fueron muchas las responsabilidades asumidas en las instituciones hospitalarias, en centros de aislamiento, en policlínicos y en cada casa cubana donde llegó el personal de enfermería y su presencia se hizo habitual.
“Cada paso en nuestra misión debe conllevarnos a ser mejores y aportar más a la salud de nuestro pueblo que nos quiere y nos admira. La fuerza de nuestro empeño está en que cada uno de nosotros aporte a la obra gigantesca que cada día emprendemos”.