
París, -La costa norte francesa será hoy escenario de ceremonias de conmemoración de los 80 años del desembarco aliado de Normandía durante la Segunda Guerra Mundial, antesala de la liberación del suelo galo de la ocupación alemana.
Al menos cuatro actos están previstos en la jornada, el primero de ellos en Ver-Sur-Mer en el Memorial Británico, con la presencia del rey Carlos III y la reina consorte Camilla, y del presidente anfitrión, Emmanuel Macron.
Durante el evento, será inaugurada una nueva ala del Memorial, denominada Winston Churchill.
Poco después tendrá lugar la ceremonia canadiense en Juno Beach, una de las cinco playas del desembarco del 6 de junio de 1944, con la participación de los primeros ministros de Canadá, Justin Trudeau, y de Francia, Gabriel Attal.
El homenaje a los estadounidenses que protagonizaron el Día D en Normandía está señalado a media jornada en Colleville-sur-Mer, donde estarán el mandatario de Estados Unidos, Joseph Biden, y su esposa Jill, acompañados por Macron.
La playa Omaha Beach, en Saint-Laurent-sur-Mer, fue la escogida para la ceremonia internacional, con la presencia de las personalidades invitadas y la llamativa ausencia de una delegación rusa.
Pese a la guerra en Ucrania, en la cual occidente ha tomado partido al lado de Kiev, inicialmente se anunció que se invitaría a Moscú, aunque no a su líder Vladimir Putin, como reconocimiento al aporte decisivo de la Unión Soviética a la derrota del fascismo en 1945, pero la decisión fue después revocada.
El 6 de junio de 1944 tropas estadounidenses, británicas y canadienses, fundamentalmente, desembarcaron en las arenas de Normandía, hecho considerado precursor de la liberación de Francia, en ocasiones ignorando deliberadamente que ya la suerte de la Alemania nazi estaba pactada por las victorias y la ofensiva del Ejército Rojo.
La no presencia de Rusia en los homenajes generó algunas críticas y cierta polémica, marginadas en razón de la cruzada contra Moscú, que llama operación militar especial a la contienda en Ucrania y esgrime que ese país se presta como punta de lanza para la expansión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, mientras Occidente lo tilda de “agresión”.
Particularmente tensas son las relaciones en los últimos meses entre Rusia y Francia, cuyo presidente Macron fijó como prioridad de su gestión la victoria de Kiev en el conflicto y llegó a mencionar la posibilidad de enviar soldados al frente, en una escalada de las diferencias París-Moscú.