
Katia me recibió esa mañana en Casa Verde con la misma hospitalidad que hubiese atendido al cliente que arribara a esa instalación de alojamiento en Bayamo. Con una sonrisa cordial y asegurándose todo el tiempo de que yo me sintiera cómoda, me hizo reflexionar sobre el buen trato que deberían recibir siempre los usuarios, pero que muchas veces no se hace realidad.
Qué afortunados entonces son aquellos que reciben las atenciones de esta joven de 28 años, de los cuales ha dedicado 12 al trabajo en el sistema de alojamiento y los servicios en la provincia.
Bayamesa residente en la calle José Joaquín Palma, Katia Cedeño Borges me contó que siempre sintió vocación por interactuar con los clientes, igual a como lo hace actualmente desde su ocupación de recepcionista en la mencionada entidad.
“Me gradué de Técnico Medio en Servicios Gastronómicos en la Escuela de Economía en la cabecera provincial, y luego pasé un curso de Recepción en la Casa de Orientación a las Mujeres y las Familias.
“Sin embargo, me gustó más el trabajo profesional en la hostelería; y ahora también estoy aprendiendo sobre las funciones a desempeñar dentro de la administración”, aclaró.
Ella diariamente recibe a los visitantes, los registra y asigna sus habitaciones, entrega tarjetas y llaves de acceso, les informa lo que deben conocer durante su estadía en el local, y es capaz de crear un clima favorable entre ambas partes.
Recientemente fue premiada en la segunda edición del Coloquio Científico de Técnicas Comerciales de las Brigadas Técnicas Juveniles, que se realizó a principios de abril en Ciego de Ávila.
Allí no solo expuso sus conocimientos y puso en práctica sus habilidades profesionales, sino que demostró las fortalezas del comercio en el territorio granmense.
Katia es la primera y última persona con la que interactúan los huéspedes de Casa Verde, quienes regresan a sus hogares con el placer de un buen servicio y una feliz estancia.