
El 29 de marzo de 2002 la escuela Emma Rosa Chuy Arnáez, en la comunidad de La Aguada, Pilón, se iluminó al recibir al Líder histórico de la Revolución, Fidel Castro Ruz.
Aproximadamente a las 6:20 de la tarde llegó el Comandante en Jefe, según recuerda Alberto Hechavarría Carmenate, quien actualmente es el único maestro de esta institución educativa conformada por 12 alumnos.
Este destacado maestro acumula 20 años de labor en el centro, iniciados justo cuando el ídolo de Birán visitó la institución a la cual Alberto Hechavarría se trasladó y hasta hoy continúa trabajando allí.
Relata el maestro que el objetivo de la visita del entonces primer secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, era la inauguración del Programa de Computación en las escuelas primarias.

Cuenta el pedagogo que el hombre de verde olivo eligió el centro escolar luego de haber inaugurado en la provincia la Escuela de Artes Plásticas, el Curso Integral para Jóvenes en Manzanillo y el programa de salas de televisión en las jornadas del 28 y el propio 29.
“A su llegada nos saludó y se interesó por las características de la escuela, que en aquel momento solo tenía una computadora para una matrícula de 22 alumnos, instruidos por tres maestros.
“Como anécdota curiosa de aquel momento memorable recuerdo que dos alumnos discutían por jugar con el único dispositivo informático lo cual llamó la atención de Fidel, quien aconsejó a los niños que llegaran a un acuerdo para que ambos disfrutaran de la computadora, refiere Hechavarría Carmenate.
“Aquel día se respiraba un ambiente alegre. Acudieron, además, directivos del sector educacional de la provincia y el municipio y participaron alumnos de escuelas aledañas.
“Siempre admiré a Fidel por todo lo que hizo para mejorar nuestras vidas, por eso lo considero un hombre grande, digno de respeto y veneración”.
Con motivo del aniversario 20 de este importante acontecimiento se realizará un acto provincial, motivo por el cual la escuela atraviesa por un proceso de remodelación que implica la pintura de paredes, reparación baños, atención a la jardinería y otras acciones de mantenimiento. Asimismo, las actividades de los instructores de arte hoy constituirán un homenaje desde la cultura a Fidel y su obra transformadora que tuvimos el privilegio de que también llegara a nosotros.
La impronta del Comandante en Jefe siempre permanecerá en personas como Alberto Hechavarría, quien reconoce que su vida no ha sido la misma desde que conoció al hombre que bajó victorioso de la Sierra Maestra.