Inolvidable historia con Fidel

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Por Andy Zamora Zamora | 17 septiembre, 2017 |
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Esteban Medina Muñoz, con 67 años recuerda con excelente lucidez cuando conoció al Comandante en Jefe Fidel Castro en las cercanías de la Comandancia de la Plata en Bartolomé Masó y asegura estarle eternamente agradecido porque le cambió la vida a su familia.

“Gracias que volvió, ya había estado en mi casa una ocasión, y desde entonces mi padre Osvaldo Medina Parra hablaba de él como el gigante en el cual podíamos confiar el destino de nuestra gente” (analfabeta y pobre), según había comentado anteriormente.

“Tuve el privilegio de conocerle porque vivíamos próximo a donde estaba el cuartel de los rebeldes y en esa oportunidad, había un reportero extranjero filmando el desarrollo de la clandestinidad, luego del desembarco del Granma.

Siempre vi en Fidel el amigo, que con amabilidad llegaba a la casa de los necesitados y repartía caramelos y juguetes como si fuese Día de reyes”.

Por ese entonces, (1957) la tiranía batistiana había ideado acabar con el líder revolucionario bajo una maniobra conocida como el plan Fin de Fidel o Fase Final, que buscaba una arremetida militar en la Sierra Maestra para llevar a cabo su objetivo.

“Mis padres eran incondicionales y eso lo aprendimos muy bien, por eso ellos y mis hermanos le ayudaban, en nuestra vivienda compartían alimentos y buenos ratos, donde el líder persuadía de la importancia de la lucha, hasta que  se sumaron a su causa”, rememora Medina.

La estrategia probada del Comandante y el reconocimiento ganado en la zona fueron suficientes para evadir un fracasado intento del gobierno de la época, de desmembrar el Ejército Rebelde, tras el cual la única salida fue mentir y declarar al dirigente revolucionario muerto.

Junto a Esteban, en la instantánea del foráneo reportero, apareció el Barbudo vestido de verde olivo con un fusil para intercambiarlo por un hacha, al muchacho de siete años y demostrar su presencia y disposición de continuar firme a sus principios libertarios.

“Luego del encuentro, Fidel prosiguió con su labor de ganar más integrantes en las filas de los alzados, donde posteriormente otros muchos le siguieron porque era un guía de verdad, afirma.

¨Conocer al Comandante fue para mí lo más grande, de él aprendí a valorar lo significativo, a amar la Revolución y a ser como soy”, precisó el entrevistado, mientras confirma haber merecido más tarde una beca para estudiar hasta el nivel secundario, gracias a ese hombre, del cual, la familia Medina Muñoz aprendió los valores  para su formación como patriotas.

Al decir de Esteban, el Quinteto rebelde, integrado por los suyos es ejemplo de como caló profundo el legado de Fidel en los obreros de la serranía, mientras en cada canción, sus letras envuelven un amor incondicional a la Revolución y a su protagonista principal.

Con más de 40 años de trabajo, este cautocristense adoptivo, lee sobre Fidel con la certeza de encontrar siempre algo novedoso de su personalidad, mientras labora para el sistema de Justicia en el municipio de residencia.

Una historia con Fidel es inolvidable, mucho más en aquella etapa de liberación, en medio del aroma de campos, testigos de una gesta sin par en América Latina.

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