
Manzanillo.- Especialistas de la lucha antivectorial, médicos, enfermeras y líderes comunitarios intensifican las acciones encaminadas a reducir el número de focos del mosquito Aedes Aegypti en esta costera urbe granmense.
Si bien no significa que deba bajarse la guardia en la tarea, estimula que el número de hospederos del vector se redujo a 38 y la reactividad a menos de 50, cifras por debajo del anterior ciclo antivectorial.

La doctora Graciela Román Santiesteban, directora del Centro Municipal de Higiene, Epidemiología y Microbiología, expone que hoy trabajan en siete Consejos Populares y 80 manzanas calificadas de alto riesgo.
“Aquí hacemos diversas acciones con tratamiento adulticida, con seguimiento y evaluación constante a los distintos niveles. Las áreas de salud más complejas son las números uno, dos y tres.”
– La mayoría abarca el centro de la ciudad…
– “Exacto, donde existe un número importante de zonas de alto riesgo por sus características y que obliga a nuestros especialistas y técnicos a una labor de mayor rigor.
– El aporte de la familia continúa siendo esencial.
– “Dentro de la evaluación del ciclo está la que se realiza a las acciones del autofocal dentro de las viviendas, y esta no es efectiva por el comportamiento de la “positividad” en los depósitos bajos.
“Ello significa que la tarea no se está ejecutando bien, una cuestión que hay que revertir porque este es un enfrentamiento de todos.”
APORTE DE LAS MANZANILLERAS
Como es tradicional en cada una de las misiones a las cuales se les convoca, parte de la lucha antivectorial tiene al protagonismo de la mujer.
Son ellas, por bloques y delegaciones, barrios y comunidades, las encargadas de ir “tocando” conciencias y más que eso, actitudes responsables ante un problema real.

Darelmis León Batista, miembro del secretariado de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) en Manzanillo al frente de la esfera ideológica, remarca que son las funcionarias las encargadas de guiar las tareas en los diversos escenarios.
“Nuestras brigadistas sanitarias desempeñan un rol muy importante con el diagnóstico de las personas en aquellas familias consideradas vulnerables: pacientes alcohólicos, adultos mayores solos…”
León Batista dice que orientan a las familias la manera de actuar en este período “y que requiere de cada uno de nosotros responsabilidad y sentido de pertenencia por la repercusión en la salud del barrio.
“Nuestras líderes exhortan a revertir la actual situación y en la que es puntual el correcto autofocal, el tapado de los tanques, la higienización de los patios familiares”.
La funcionaria explica que las líderes femeninas se incorporan a la labor que desarrollan los médicos y enfermeras de la familia.
“La tríada es imprescindible en la valoración de las acciones que se despliegan, en los consejos a las personas y en la remisión hacia las unidades de asistencia a los posibles enfermos.”
En el combate antivectorial es menester estrechar más los eslabones de una cadena que tiene en la fuerza colectiva el valor esencial. En la tarea va el bienestar y la salud del pueblo.