
La retirada de las tropas de Israel del sur de Gaza no tenía como objetivo una desescalada de la ofensiva militar en esa zona de la Franja, ha reconocido el ministro de Defensa, Yoav Gallant, quien aseguró este domingo que las tropas están ya preparando la próxima operación: Rafah.
El ministro de Defensa afirmó tras una reunión en el Mando Sur de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI ) que las tropas están preparándose para próximas misiones, Según The Jerusalem Post.
En las últimas semanas, el ataque a mayor hospital de Gaza, el Al Shifa, provocó la destrucción total del centro hospitalario y la muerte de más de 400 personas.
El jefe del Estado Mayor de las FDI, Herzi Halevi, insistió el domingo en que la retirada no será una pausa en las operaciones y que “la guerra en Gaza continúa”.
“Estamos lejos de detenernos”, subrayó.
El Gobierno israelí había insistido en estos meses en que las tropas no se retirarían del sur hasta que “no entraran y completaran la victoria en Rafah”, la localidad más cercana a Egipto y donde se encuentra el paso por el que circula la ayuda humanitaria.
A la vez, 1.4 millones de personas, más de la mitad de la población gazatí, se han refugiado allí huyendo de los ataques y bombardeos de Israel.
Se desconocen la estrategia o el tiempo previsto de la ofensiva en Rafah, pero fuentes humanitarias y países occidentales lo consideran una “línea roja” y advierten que podría desencadenar una operación “catastrófica” dado el alto número de civiles y desplazados en la zona.
Incluso, el propio presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aliado de Tel Aviv y que ha apoyado la ofensiva contra Gaza, ha discrepado públicamente con su homólogo israelí por la anunciada operación en Rafah.
En la última semana ha aumentado la presión internacional sobre el Gobierno de Netanyahu. El ataque israelí contra un convoy de ayuda humanitaria que mató a siete cooperantes ha provocado una oleada de críticas contra el Ejecutivo israelí, que se ha visto forzado a abrir dos puntos más para la entrada de ayuda humanitaria.
Además, esto coincide con el reconocimiento (por primera vez en medio año) de que uno de los ataques aéreos sobre Gaza mató a un rehén israelí.
Esto, unido a la falta de avances en las negociaciones para un alto el fuego, ha provocado un malestar que se ha traducido en movilizaciones masivas en el país contra el Gobierno de Netanyahu.
A esta presión interna y externa se suma un tercer frente: el miedo a que la guerra se extienda en la región tras el bombardeo israelí sobre la embajada de Irán en Damasco. Las autoridades iraníes han adelantado que este ataque no quedará sin respuesta y el Gobierno de Israel asegura estar preparado.
(Con información 20 minutos)