José de la luz y Caballero nació en La Habana, el 11 de julio de 1800, hace 225 años.
Fue un destacado filósofo y educador cubano. Se destacó por sus colaboraciones en temas científicos, filosóficos y otros. Es considerado como una de las personas que más han hecho por la educación pública en Cuba.
Su padre Antonio José María, funcionario y oficial del gobierno colonial, y de Manuela Teresa de Jesús.
Procedía de un hogar de propietarios criollos, creció en un ambiente humilde con relativas necesidades económicas y una educación precisa. La familia fue dueña del ingenio San Francisco de Paula y de la hacienda Santa Ana de Aguiar.
Estudió latín y filosofía en el convento de San Francisco, y alcanzó el título de bachiller en filosofía en 1817 en la Real y Pontificia Universidad de San Gerónimo de La Habana.
Años más tarde ingresó en el Colegio Seminario de San Carlos y San Ambrosio, donde se graduó de bachiller en leyes. Allí conoció a Félix Varela y Morales, quien comenzó a despertar en él el espíritu científico transformador del siglo XVIII europeo y se convierte en su fiel seguidor.
Haciendo referencia al Padre Félix Varela dijo: “Mientras se piense en Cuba, se pensará con respeto y veneración en aquel que nos enseñó a pensar”.
Dominó idiomas como el inglés, francés, italiano y alemán, haciendo más notable aún su vasta cultura.
Logró escribir interesantes artículos en revistas, libros y otras publicaciones de la época, “ Aforismos y Apuntaciones” representó una importante obra de su trayectoria a través de la cual dio a conocer notas y reflexiones sobre su vida, pensamientos religiosos, patrióticos, científicos y humanos que a lo largo de la historia ampliaron su figura en la intelectualidad cubana.
Viajó a los Estados Unidos en 1828, y un año después recorrió varios países de Europa entre los que estaban incluidos: Inglaterra, Escocia, Francia, Dinamarca, Bélgica, Holanda, Suiza, Italia y Alemania.
De regreso a La Habana colaboró en la Revista Bimestre Cubana (1831-1834) y en las Memorias de la Sociedad Patriótica (1838-1841), así como en El Mensajero Semanal, publicado en Nueva York.
Se graduó de Abogado en la Academia de Puerto Príncipe en 1836, fue Vicedirector y Director de la Real Sociedad Patriótica de La Habana.
Colaboró en diversas publicaciones periódicas como el Faro Industrial de La Habana y la Revista de La Habana. Fue Socio Correspondiente de la Academia de Buenas Letras de Barcelona.
Utilizó varios seudónimos, entre los que cabe destacar “Un Habanero”, “El Justiciero”, “Un Amante de la Verdad” y “El Amigo de la Juventud”.
De él escribió José Martí… “Él, el padre; él, el silencioso fundador; él, que a solas ardía y centelleaba, y se sofocó el corazón con mano heroica, para dar tiempo a que se le criase de él la juventud con quién se habría de ganar la libertad que solo brillaría sobre sus huesos”.