
Javier Aguilar Alarcón es un joven bayamés consagrado a trabajar la tierra desde que la recibió en usufructo, llena de marabú hace 10 años.
Hoy, exhibe con orgullo sus más de 20 hectáreas sembradas de plátano vianda, yuca, boniato y varias hortalizas, entre las que sobresalen el tomate, ajíes pimientos y cebolla.
Recuerda cuanto esfuerzo y sacrificio tuvo que realizar, junto a otro campesino, para desbrozar el terreno, de manera manual, hasta tener las dos fincas en condiciones en predios de la zona conocida por La Palmera, a varios kilómetros de la ciudad de Bayamo.
Manifestó que valió la pena y ahora, además acomete la siembra y cosecha de habichuelas, una variedad de frijol colorado con buenos rendimientos y precios.
¨Me siento contento y cumplo con las entregas contratadas por la cooperativa de créditos y servicios Israel Oliva y el resto de los productos los comercializo de forma directa.
¨La tierra lo da todo, bienestar, comida y dinero; de ella vivo yo y mantengo a mi familia y por eso hay que cuidarla.¨
Aguilar Alarcón dijo que piensa que si pueden bajarse todos los precios para bien de la economía, del que la produce y consume, pero hay que lograr unirse en ese propósito.