
Ellos parecen tener más de dos pulmones porque son incansables en sus universidades. Se han convertido en alumnos ayudantes, líderes estudiantiles, ponentes en diferentes eventos científicos, artistas aficionados y mucho más.
Estuvieron en el último Congreso de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), efectuado en diciembre de 2022. Todos llevan en lo más profundo a Julio Antonio Mella, cuyo aniversario 120 celebramos este 25 de marzo.
Ninguno cree que los caminos de la complacencia sean los correctos; en todo caso, consideran que de la voluntad y la persistencia nacen los mejores frutos. Sus historias deshacen el cuento de la “juventud perdida”.
DE MANZANILLO A SURINAM
Suzanne Santiesteban Puerta y Jade Soemodihardjo estudian Medicina en la Facultad Celia Sánchez Manduley, en Manzanillo. Ellas representan la “veteranía” del grupo, porque tienen 23 y 24 años, respectivamente.
La primera tuvo el privilegio de participar en los últimos dos congresos de la FEU y fue durante los primeros cinco años de la carrera una ejemplar dirigente de la organización. Incluso, llegó a ser la presidenta de la Federación en su Universidad y le tocó dirigir allí el proceso previo a la última cita nacional.
Entre sus incontables reconocimientos resalta el premio provincial Abdala, entregado a personalidades que se hayan destacado en la divulgación de la obra martiana.
“Hay que vincular la figura del Apóstol al presente y emplear los conceptos que él defendió relacionados con la unidad y la patria”, ha dicho en más de una ocasión esta manzanillera, quien en 2017 asistió al Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, realizado en Sochi, Rusia.
Brillante en el rendimiento académico, siempre ha tenido notas por las nubes, algo que le viene desde los primeros grados, en los que jamás conoció una nota inferior a 100 puntos.
Por su parte, Jade, nacida en Surinam, el 16 de agosto de 1998, será doctora dentro de tres años, gracias al proyecto de la Escuela Latinoamericana de Medicina (Elam).
Se ha desempeñado como secretaria del Consejo de Naciones en la Facultad manzanillera y fue la única estudiante extranjera que representó a Granma en el X Congreso de la FEU.
Para ella Cuba se ha convertido en su segundo hogar, porque además de facilitarle una carrera “nos dio una familia”. De aquí se lleva otras lecciones. “Este país nos enseña a improvisar y ser creativos, a tener la mente abierta y siempre buscar opciones para salvar una vida. Nos enseñaron a tener el ojo clínico. Ahora sabemos que las enfermedades empiezan desde el estilo de vida de la persona y su alrededor, el medioambiente, las relaciones con amistades, familia, compañeros de clase o trabajo”.
CLAUDIA, RAINOL, EDUARDO Y JORGE
Claudia Lorente Almeida es la otra representante femenina que estuvo en el Congreso. También estudia Medicina, en Manzanillo, tiene 21 años y fue presidenta de brigada en los primeros años de la carrera.
Forma parte del movimiento de alumnos integrales Mario Muñoz Monroy y se ha sumado a las faenas investigativas. Como si todo eso fuera poco, esta muchacha, oriunda de Yara, es alumna ayudante y una participante asidua en los festivales de artistas aficionados, en la manifestación de danza. “Disfruto mucho bailar y a la par cumplir con todas las tareas docentes y las de dirigir la brigada”, comenta.
Claudia reconoce que sigue siendo una aspiración “salir de los muros de la Universidad e integrarnos con la comunidad, para tener una organización superior”.
Con una filosofía parecida a la de ella viven Rainol Sánchez Ramírez, Eduardo Yero Barrero (ellos coinciden con Claudia en la Universidad manzanillera) y Jorge Alberto Casanova Chaveco, quien estudia Medicina, en Bayamo.
El primero, de 22 años, es natural de Pilón y también exhibe una trayectoria destacada como dirigente estudiantil. Estuvo en Venezuela como delegado al XIX Congreso Latinoamericano y Caribeño de Estudiantes (noviembre del año pasado) y también participó en el Encuentro nacional de estudiantes de las Ciencias Médicas de 2022. “El futuro que queremos construir depende mucho de nosotros”, señala.
El segundo vive en Río Cauto, donde muchos lo miran con sano orgullo. Saben que a sus 23 abriles ha probado muchas veces su integridad y que como líder en la residencia estudiantil, durante tres años, aprendió a lidiar con reclamos de sus coetáneos y con dificultades que afectan la vida de los universitarios.
Eduardo no se cansa de decir que es posible lograr un mejor funcionamiento en la brigada, eslabón inicial y fundamental del trabajo de la organización.
El tercero ha sido vicepresidente de la Federación en la facultad bayamesa, estuvo propuesto como candidato a delegado a la Asamblea municipal del Poder Popular, recibió la condición Jóvenes por la vida y pertenece al movimiento Mario Muñoz Monroy.
“No puede verse el trabajo político-ideológico en abstracto. Tenemos que lograr una participación activa de los estudiantes en los procesos, movimientos y actividades de la FEU, además de una mejor preparación de los dirigentes estudiantiles”, sentencia.
ALUMNOS TODOTERRENO
La Universidad de Granma (UdG) ha sido su casa. Allí Lixandro del Toro Navea, Deivis Luis Serrano Veranes, Roberto Antonio González Pérez y Ángel Manuel Sánchez Matos aprendieron a conocer el valor de la integralidad, una palabra que no debe servir como comodín para trepar.
Lixandro, quien hoy cumple 23 años, es un manzanillero que estudia la Licenciatura en Educación, en la especialidad de Biología. Se ha convertido en líder en la UdG, no solo por ser dirigente estudiantil, sino también por integrar el movimiento de alumnos ayudantes Frank País, haber realizado varios exámenes de premios con sobresalientes resultados y ser corresponsal destacado de su organización.
“Nuestro mejor homenaje a Mella, el fundador de la organización, es siendo mejores cada día”, subraya.
A Deivis nada parece detenerlo. Estudia Agronomía, reside en el reparto bayamés Pedro Pompa y tiene 21 en su almanaque.
Desde primer año mostró un dinamismo sorprendente, sobre todo cuando devino comunicador de su facultad. Luego pasó a ser el vicepresidente en esa demarcación estudiantil.
Para él es vital que los pinos nuevos asuman cargos en la FEU, porque cuando no hay compromiso con la organización las palabras bonitas se tornan vacías.
Roberto habla con pocas pausas y tejiendo las ideas como si tuviera mucho más de 22 primaveras. Tal vez tiene el léxico abundante por la carrera que estudia, Derecho, y por haber sido desde el principio dirigente estudiantil.
Este manzanillero activo e inteligente ha aprendido a participar en muchas tareas al mismo tiempo. Igualmente está en un encuentro deportivo que en una gala artística, no como espectador, sino como protagonista. Es, por ejemplo, integrante del grupo teatral Artes con lenguas, muy aceptado en los festivales de artistas aficionados.
Se ha alistado como guionista en los eventos nacionales de la radio universitaria y se ha alzado con premios. Además, ha ganado lauros en talleres, eventos científicos u otros certámenes trascendentales.
Ángel tiene el verbo ancho y una ejemplar trayectoria docente e investigativa, aun cuando apenas cursa el tercer año de la carrera de Licenciatura en Educación Primaria.
En el anecdotario de este muchacho, oriundo de Buey Arriba y residente en la capital provincial, ocupan un lugar prominente las referidas a su vinculación durante meses a las zonas rojas o las de intensos debates en su Casa de altos estudios para lograr que, dentro de las conocidas escaseces, los miembros de la FEU puedan acceder mejor al transporte público.
Se emociona cuando habla de Julio Antonio Mella, fundador de la FEU. Al igual que aquel líder opina que todo tiempo futuro debe ser mejor