La Avellaneda, excelsa poetisa cubana de los tiempos modernos

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Por Gislania Tamayo Cedeño | 23 marzo, 2023 |
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Gertrudis Gómez de Avellaneda,  destacada poetisa camagüeyana, que llenó de orgullo a Cuba, por su destacada obra literaria, en la que resalta su amor hacia su tierra y sus sentimientos más románticos, nació un día como hoy, 23 de marzo de 1814.

Su infancia transcurrió en Puerto Príncipe, hoy Camagüey. Recibió una educación informal debido a su condición de ser mujer, motivo por el que fue una fiel defensora del papel social de las féminas en los tiempos en que se les consideraba el sexo débil.

Fue poetisa, dramaturga y precursora de la novela antiesclavista, fundadora, directora y redactora principal de la revista quincenal habanera Álbum Cubano de lo Bueno y lo Bello, creada en defensa de las ideas de la mujer insular. Fiel representante del movimiento romántico cubano, fue precursora de la novela antiesclavista.

Conocida como Tula en el ambiente familiar y en el literario por su seudónimo La Peregrina o La Avellaneda, cuyos méritos literarios se disputan Cuba y España, está vinculada a la evolución del romanticismo español, pero pertenece también a la historia literaria de Hispanoamérica y, sobre todo, de Cuba, donde inició su producción literaria.

Su personalidad está enmarcada entre los poetas líricos más destacados de la primera generación de románticos cubanos.

En 1836 tuvo que abandonar su patria, por razones familiares. Tenía 22 años de edad y en el momento de la partida sintió con arraigo el sentimiento a la tierra que la vio nacer, momento que expresa en su conocido soneto Al partir.

¡Perla del mar! ¡Estrella de occidente!
¡Hermosa Cuba! Tu brillante cielo
la noche cubre con su opaco velo,
como cubre el dolor mi triste frente.

¡Voy a partir!… La chusma diligente,
para arrancarme del nativo suelo
las velas iza, y pronta a su desvelo
la brisa acude de tu zona ardiente.

¡Adiós, patria feliz, edén querido!
¡Doquier que el hado en su furor me impela,
tu dulce nombre halagará mi oído!

¡Adiós!… Ya cruje la turgente vela…
el ancla se alza… el buque, estremecido,
las olas corta y silencioso vuela.

Veintitrés años estuvo ausente de Cuba, a la que llama “dulce patria” y “tranquilo edén” de su infancia. En la Península ibérica se dio a conocer con la novela Sab, considerada la primera novela antiesclavista.

Gran número de composiciones hacen referencia a su Patria, ya sea para describir las bellezas de la Isla, para exaltar la belleza de la cubana o para expresar las emociones vividas por su regreso a la tierra amada.

Contó con la admiración de su amigo Alberto Lista y el político, orador y alcalde de Madrid Fermín Caballero. Juan Valera y Marcelino Menéndez y Pelayo fueron grandes admiradores de su obra, considerándola como una de las más grandes poetas de lengua castellana y refiriéndose a ella como “la poetisa más grande de los tiempos modernos”.

Ganó un lugar en La Real Academia de la Lengua Española, que no pudo ocupar por su condición de mujer.

Dejó al morir, en 1873, una profusa obra lírica que constituye uno de los monumentos más preciados de la cultura cubana, con indiscutible proyección universal.

Entre su vasta obra, destaca su novela histórica Guatimozin, último emperador de México (1846) y sus piezas teatrales Saúl (1849) y Baltasar (1858), considerada esta última como una de las obras maestras del teatro romántico.

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