
La vida del pescador suele ser tan romántica que a veces inspira a poetas y trovadores, pero la dura realidad que le acompaña, y que pocos conocen, hacen del pescador más que una simple fuente de inspiración.
Este agricultor acuícola del que les hablo siembra sus semillas en espejos de agua, a las que nutre y cuida con desvelo hasta que, llegado el momento, se encuentran listas para la cosecha.
Una rutina que ha hecho del acuicultor masoense William Gutiérrez Rodríguez, todo un experimentado en sus más de 30 años de labor en la Estación de Alevinaje ACUIPASO.
Más de un cuarto de siglo donde acumula vivencias al por mayor.
Desde los 18 años que comencé mi vida laboral no conozco otro sitio que no sea este, comenta, donde he transitado por todos los eslabones de la crianza acuícola en sus diferentes especies hasta convertirme en máximo responsable del área de clareas.
La pregunta se impone, ¿por qué tantos años en un mismo sitio?
“La principal motivación ha sido el amor a los peces, es un proceso que inicia con la buena selección de los progenitores, el desove y el alevinaje hasta su siembra en estanques en el caso del cultivo intensivo y en presas y demás espejos de agua cuando es extensivo, es un arte que apasiona”.
El orgullo lo delata cuando habla de su entidad, una de las más grandes de toda Latinoamérica, dice, y entre las más productivas del país, con record establecido de más de 22 millones de larvas en un año, “ser parte de ello es un regocijo enorme, pero a la vez una alta responsabilidad con el pueblo y sus dirigentes”.
Toda adversidad que vive el pescador se compensa con la satisfacción que encuentra después de una buena pesca.
La canasta llena de peces no solo indica que el deber sencillamente ha sido cumplido, sino que al término de su jornada una familia ha sido bendecida con frías gotas de su noble sudor.
Un sudor, que, para el pescador masoense Sergio Hernández Peña, también lleva consigo el ansía de una entidad y de todo un país que esperan ansiosos por su el fruto de su esfuerzo hecho verso y canción.