
La danza ya ha dejado de ser un arte que se aprecia solo en salones y teatros, o como parte de otros espectáculos. Algunas iniciativas nacionales y fuera del país llevan esta manifestación a espacios públicos, pudiéramos decir que los bailarines invitan a los transeúntes a hacer un alto en la marcha, de manera tal, que interactúan y participan de la función.
Yanoski Suárez Rodríguez es uno de los creadores que cultiva esta vertiente danzaria, en la que el performance, los movimientos y la música llegan a conmover a los espectadores y a hacerles partícipes en plena calle. Su formación en la técnica del taichí, desde la infancia, la búsqueda en diversas compañías de Santiago de Cuba y luego su incursión en el Centro Internacional de la Danza en Francia le han brindado las herramientas con las cuales, hoy, asume la coreografía.

Por segunda vez llega a Bayamo, como invitado al segundo Encuentro Danza de tres en un espacio, que se realiza desde este jueves hasta el domingo.
En su primera presentación aquí ganó la atención del público. Él solo forma su propio grupo Ad Livintum (en latín libre albedrío). La acertada selección musical, la preparación física y movimientos contemporáneos constituyen puntos de acierto en su trabajo, que él define como un arte experimental.

“Para mí lo más importante es contar una historia, y la creación se origina a partir de un proceso natural, primero está en mi mente y, poco a poco, le doy vida. Hay mucha emoción de por medio. Dejo una porción de mí en cada personaje que bailo”, asegura Suárez Rodríguez, Segundo Premio Internacional en la Bienal Danza-Caribe, auspiciado por el país galo.
Al referirse a Danza de tres en un espacio, manifiesta que este arte ha de ir al encuentro del público, y buscar espacios donde se fomente porque el potencial está.
Silvia Hernández Magaña, directora del grupo Proporción áurea, viene de México y está muy entusiasmada con la posibilidad de interactuar y mostrar una serie de ejercicios que permite al público sentir y apreciar de otra manera el hecho danzario.
“Nuestro objetivo es que haya una conciencia de la expresión estética, una mayor reflexión y conocimiento de la danza, facilitamos la preparación física para que la gente establezca una relación más rica con la obra de arte”.
Además de los grupos mencionados, asisten el grupo Kaos Teatro, de Las Tunas; Cocoyé, de Santiago de Cuba, y las compañías representantes de Granma: Occán Addé, Bienandanza y Grandanza, esta última gestora del encuentro. Todos tienen la posibilidad de presentarse, ya sea durante las mañanas o en varios puntos del Paseo de General García o en el teatro 10 de Octubre.
No solo podrán interactuar con el público en las calles, sino que podrán intercambiar y reflexionar sobre problemáticas del ámbito de la danza en el país. Antonio Pérez Martínez, destacado coreógrafo de Santiago de Cuba, se referirá a una de sus preocupaciones: la coreográfica.
“En nuestras academias se están formando excelentes bailarines, pero hemos descuidado la creación y el déficit de coreógrafos se percibe”, puntualizó.
Al referirse al encuentro detalló que el público bayamés lo acoge con receptividad y alentó a que los gestores incluyan otras manifestaciones, y se interrelacione con el teatro. “Le daría mayor fuerza”, indicó Pérez Martínez.
El evento, organizado por el Consejo de las artes escénicas en Granma, en colaboración con la Unión de Escritores de Cuba y la Oficina del Historiador de la ciudad, aún es joven y vuelve con el esfuerzo de quienes perseveran porque sus destellos lleguen a ser en el futuro una luz potente.