
“Desde niña me interesó la Historia como asignatura,joven aún, descubrí que entre las Ciencias Sociales se fijaba mi destino, por eso estudié Filosofía, en la Universidad de Oriente, de la que egresé en 1997.
“El período de adiestramiento lo realicé como profesora en la Facultad de Cultura Física, luego estuve en la Escuela Superior de Perfeccionamiento Atlético (Espa) y de ahí pasé a investigadora en la Casa de la Nacionalidad, donde laboro hace más de 20 años.
“Es una tarea muy hermosa relacionada con estudios de historia local y de pensamiento, mi línea temática desde que comencé, y como estrategia institucional recogí las memorias de los eventos Crisol de la Nacionalidad y La historia en la palabra.
“Con pretensiones similares, presenté algunos artículos en el encuentro Voces de la República, que anualmente se realiza en Sancti Spíritus, además de escribir para determinadas publicaciones de Ediciones Bayamo y revistas especializadas.
“Ahora estoy inmersa en una investigación que presentaré en el Coloquio provincial de Historia, a efectuarse los días 9 y 10 de mayo, del que saldrán las propuestas teóricas al Congreso de los historiadores cubanos.
“Mi ponencia versa sobre La eticidad revolucionaria en el pensamiento de Francisco Vicente Aguilera y José Martí, estrechamente relacionada con el sólido postulado de nuestro Héroe Nacional, que representa la cúspide del ideario cubano del siglo XIX, una propuesta vigente.
“Pretendo, además, mostrar en Aguilera los nexos o hilos conductores que unen la ideología de Félix Varela y de José de la Luz y Caballero con la del Maestro, tras considerar a 1868 la etapa en que se visualiza la dimensión ética del movimiento independentista cubano.
“En el Congreso espero socializar las ideas que desarrollo, valorar la aceptación del auditorio, compartir ese espacio con colegas conocidos en eventos anteriores y, sobre todo, aprender mucho de ellos.
“Durante los últimos años, hemos insistido en llevar la enseñanza de la Historia de Cuba de forma más dialéctica, viva, de manera que el estudiante se identifique con esa memoria que es parte de su cultura, de su nación, y aunque se ha ganado mucho en ese orden, pienso que falta buen tramo por recorrer. Por ese camino transitan nuestras aspiraciones”.
Y como los vasos comunicantes existen en el entramado de ideas, recuerdo a la poeta y novelista sandinista Gioconda Belli: “Todos tenemos un deber de amor que cumplir, una historia que hacer, una meta que alcanzar. No escogimos el momento para venir al mundo: ahora podemos hacer el mundo en que nacerá y crecerá la semilla que trajimos con nosotros”