
Tres padecimientos tiene Indalecio Tomás Armas Almaguer: retraso mental severo (*), sordoceguera y baja visión, los que compensa con muchos talentos, optimismo y fuerza de voluntad.
Desde temprana edad –ahora tiene 47 años- mostró capacidad para valerse por sí mismo y trabajar, por lo que laboró en un taller de hacer cajitas de cartón y otras producciones, cuenta la madre, Lourdes Almaguer.
Su papá, tocayo y máximo admirador, refiere que un día visitaron a un conocido, lo vio hacer manualidades y eso fue como una luz para el vástago, quien a la mañana siguiente comenzó a recolectar materiales en desuso y a fabricar con ellos diminutos objetos.
Para facilitarle el trabajo, los progenitores le habilitaron como taller el pequeño cuarto de desahogo que está al fondo de la vivienda, en el que Indalecio da rienda suelta a su pasión.
Sentado ante una mesa, ajeno al cacarear de cercanas aves de corral y del ruido de vehículos al pasar frente al hogar, en Babiney, municipio de Cauto Cristo, este empírico artesano recorta pomos plásticos vacíos que antes contenían champú, cremas o perfumes, les da calor con la llama de un mechero alimentado con alcohol, las moldea y convierte en pétalos.
Aunque hace flores que colocadas en plantas parecen naturales, su creación estrella son las motocicletas en miniatura, hechas a escala, con todo lo que llevan y que alimentadas con la corriente de dos pilas doble A de 1.5 voltios, funcionan, incluidas luces.
Como él no puede hacerlo, su padre explica orgulloso en un vídeo doméstico, “esta motocicleta la hizo él, que tiene discapacidad pero Dios le ha dado esos talentos, está hecha de piezas inservibles que las convierte en servibles: las gomas son de cables eléctricos, los radios de alambres de motores eléctricos quemados, el motor, es el de un DVD descontinuado”.
Además de motos, Indalecio reproduce a escala reducida motobombas y bicitaxis, que también funcionan, y bicicletas.
Posee teléfono celular con servicio de datos y es el miembro de su familia, compuesta, también, por una hermana igualmente discapacitada, que más conoce las prestaciones del dispositivo móvil.
Aunque malgenioso en alto grado, a quienes le gastan bromas como intentar apropiarse de algunas de sus creaciones, le responde con una sonrisa pícara y vuelve a concentrarse en lo que está haciendo.
(*) Se considera retraso mental severo si el CI (coeficiente de inteligencia) está entre 20-35