
Con múltiples carencias de recursos materiales, las que el sector agroazucarero, no ha logrado sortear y provocan incumplimientos en los planes de producción de azúcar y las siembras en la actual etapa, en la provincia de Granma.
Sus cinco empresas agroindustriales enfrentan una contienda compleja, tratando de resolver los problemas para evitar la interrupción del proceso fabril, pero las dificultades rebasan hasta el momento todos los esfuerzos.
El tiempo perdido industrial por roturas en el Enidio Díaz Machado, de Campechuela, único central que hace zafra, ha incidido en el insuficiente aprovechamiento de la norma potencial de la molida.
Otras de las causas de este desfavorable comportamiento en la zafra, están relacionados con la falta de combustibles, de transporte, cosecha agrícola e intensas precipitaciones, sobre las principales zonas del macizo cañero.
No obstante, la actividad no se detendrá y prosiguen las acciones en el empeño de incrementar el corte y tiro de caña, para acumular la materia prima y molerla, ante la adversa situación económica.
Más de cinco mil toneladas de crudo, 988 de meladura, elaborada por el Enidio y el Arquímedes Colina, y la generación de energía eléctrica, con el 81 por ciento de autoabastecimiento de esta, son signos de la voluntad de los hombres y mujeres del ramo por dar la batalla de garantizar nuestros alimentos.
Ello incluye el compromiso de recuperar la siembra de la gramínea con el objetivo de completar mil 348 hectáreas, al cierre de junio, en la plantación correspondiente a la campaña de primavera.
También exige de acelerar la preparación de la tierra, en la rotura y surca; las labores de atención cultural, en particular detrás del corte, la limpia a los retoños y fertilización que contribuyan al crecimiento de los rendimientos por hectárea.
La agroindustria azucarera granmense cuenta con experiencia de larga data, lo que constituye una fortaleza para el salto tecnológico y organizacional que necesita este sector, cuando la vida ha cambiado en medio de una compleja coyuntura económica y social.
Buscar la reanimación no es, ni será tarea fácil para directivos, técnicos industriales, productores cañeros y trabajadores comprometidos, con sentido de pertenencia y confianza en que la agroindustria puede avanzar, no obstante las limitaciones con los insumos y financiamientos.
Reclama con máxima prioridad el sembrar y producir más para disponer del alimento, destinado a la canasta familiar normada y dejar atrás los altos precios del imprescindible edulcorante.