
Las boletas, que recogerán nuestra consideración final sobre el Código de las Familias, ya llegan a nuestros más cercanos entornos.
Autoridades electorales las llevan hasta las circunscripciones y colegios donde este domingo, acudiremos para participar en el referendo de esa importante ley cubana que como bien alguien la sintetizara, resta sufrimientos y multiplica amores y derechos.
Esa ha sido la principal faena de esta semana, que deja atrás todo un amplio proceso de preparación de las autoridades electorales y personal de apoyo, para que la venidera jornada dominical trascienda con la calidad requerida.
Todas las medidas organizativas han sido puntualizadas luego de la prueba dinámica de la pasada semana, y están listos los aseguramientos imprescindibles para este suceso trascendental.
Su relevancia parte no solo del hecho de que sea Cuba, el primer país del mundo en someter a referendo el Código de las Familias, sino por particular contenido, que es un reflejo inobjetable de la realidad familiar cubana.
En todo caso, el Código busca perfeccionar esa célula básica de la sociedad, dotarla de todos los derechos correspondientes, y nutrirla de afectos y respeto.