Hoy es el último día del calendario regular de la III Liga Élite, que se va con más penas que glorias. Hasta ha dejado para su noveno inning la decisión de cuál equipo será el último lugar; y por lo visto en la adelantada toma de refuerzos para semifinales, creo que seguiremos padeciendo las congojas.
Granma volvió a perder en otro «besbolicidio», porque en eso han convertido los bates al certamen ante la frágil lomita de todos los conjuntos. Los Alazanes ganaban por 9-7 en el cierre de la sexta, cuando los Leñadores les hicieron cuatro, para no perder más la punta en el marcador.
Entre los dos equipos se pegaron 36 imparables, 17 de ellos de los perdedores, quienes tuvieron en Andrés de la Cruz al mejor bateador del juego, al balancear cuatro incogibles en igual cantidad de turnos, con dos impulsadas y tres anotadas.
Si la caballería vuelve a perder hoy ocupará el sótano del certamen, y si gana, aunque quedaría igualada con Pinar del Río, ganó el enfrentamiento particular entre los más débiles del torneo.
De la toma de refuerzos se desprende una conclusión: o los mentores han entendido que, en esta Liga, al menos en la versión actual, los fundamentos esenciales del juego no cuentan, como que el pitcheo es el 75 % de la victoria; o es que no tienen de dónde escoger.
Si no, ¿cómo entender que, de los ocho tomados, solo tres sean pitchers?. El único que llamó a dos serpentineros fue Abeicy Pantoja, el tunero, al solicitar a César García y a Yanieski Duardo; y el otro que acudió a los brazos fue Guillermo Carmona, quien vistió con las franelas de Industriales a José Ángel García, aunque el mentor azul estaba obligado a convocar a un receptor (Andy Cosme) por la lesión de Andrew Pérez.
Dany Miranda seleccionó para sus líderes avileños a Yordanis Samón (cmg) y Tailon Sánchez (pri); a fin de cuentas, él tuvo al mejor pitcheo del Campeonato; en tanto Eddy Cajigal le puso aguijones de Avispas a los granmenses Yulieski Remón y Osvaldo Abreu, a lo mejor en un desesperado intento de atenuar el durísimo golpe de no tener a Yoelquis Guibert, Yoel Yanqui y Francisco Martínez.
A tono con lo «reforzado», la postemporada pinta peor para las pizarras, en las cuales escasean los ceros.