El libro Las familias de Bayamo (siglos XVI-XX), del Máster en Ciencias Ludín Bernardo Fonseca García, publicado por Ediciones Boloña, como parte de la Colección Raíces, La Habana, 2021, en un primer expresa una reflexión en homenaje al primer historiador de Bayamo, Enrique Orlando Lacalle, realizada por la investigadora Onoria Céspedes Argote, quien fuera directora y fundadora de la Casa de la Nacionalidad Cubana.
Estamos frente a una obra que posee una esencia particular. En sus más de 300 páginas, expone un trabajo de carácter minucioso que abarca un largo período de concepción. Detrás del material recopilado durante décadas, se sitúa el aporte esencial de Enrique Orlando Lacalle, quien comenzara esta labor desde la década de 1940 pero, indudablemente, su acabado final fue posible gracias a la meritoria labor —precisa, rigurosa y ajustada— del autor, el historiador Fonseca García.
La publicación se rige por la legislación de derecho de autor de Cuba. Es una obra derivada, las cuales son protegidas como originales. En las mismas se agrupan las traducciones, versiones, adaptaciones, arreglos musicales y demás transformaciones de carácter creativo de una obra científica, artística, literaria o educacional. Los traductores, adaptadores, arreglistas, compiladores y demás autores de obras derivadas disfrutan del derecho de autor sobre sus obras respectivas, siempre que éstas hayan sido creadas y hechas de conocimiento público con el consentimiento de los autores de las obras preexistentes, o de sus derechohabientes, y con la debida remuneración a los mismos.
Como señala en la introducción, Fonseca García tuvo que organizar toda la información para eliminar la que aparecía duplicada y triplicada, agrupar las familias y construir los árboles genealógicos; tampoco utilizó todos los datos, solo aparece la familia nuclear (madre, padre e hijos), mientras que los primos, sobrinos, ahijados y entenados fueron retirados. Las descripciones de pleitos, compraventas de fincas rústicas y urbanas y esclavos, linderos de fincas, otorgamiento de poderes, albaceas y tutores y los nombres de los vecinos de Jiguaní, Manzanillo y Las Tunas, también fueron excluidos.
Indudablemente, esta obra derivada no hubiese sido posible sin la autorización de la Casa de la Nacionalidad Cubana, institución derechohabiente de la Lacalle, quien puso en manos de Ludín las planillas genealógicas, requisito exigido por la legislación.
RECONOCER EL TRABAJO DE LACALLE ES VITAL
Lacalle recopiló gran parte de la información sobre las familias bayamesas desde 1512 hasta la segunda mitad del siglo XX, un período del cual no se tenía evidencias, y gracias a su voluntad, pudo salvaguardarse un cúmulo de información valiosa. Sin embargo, varios motivos impidieron su culminación:
– No poseía una metodología apropiada. El desconocimiento de formas adecuadas para recolectar información influyó en el acaparamiento de datos duplicados y triplicados, y en la carencia de un riguroso orden de consecución de los nacimientos, motivos por el cual pueden se encontraron errores en la disposición de la descendencia. Así suelen aparecer equívocos en el orden de los nacimientos secuenciales. Por ejemplo, sucede con el caso de Carlos Manuel de Céspedes, ubicado en el tercer lugar, siendo el primogénito.
– En su afán por obtener una cuantiosa información de la localidad, no solo acumula datos de tipo genealógico, también asume otros de diversa índole: compraventas, litigios, pleitos, otorgamientos de poderes, albaceas y tutores, que finalmente formaron parte de una información extensa que no pudo cotejar, al estar convenida más allá del objetivo genealógico.
– Se encuentran omisiones y errores a la usanza de la época, que no pudieron cotejarse, dada la privación de los registros parroquiales, desaparecidos con la quema de la ciudad.
– Pueden encontrarse errores derivados de las fuentes de tradición oral. Lacalle realizó entrevistas a familias bayamesas que no fueron corroboradas. La adquisición de datos con ese enfoque influyó en algunas incorrecciones; en tanto, las personas entrevistadas aportaron sus consideraciones, sin posibilidad de cotejo mediante actas oficiales. En ese caso, aquellos que comentaron sus historias, por ejemplo, de nupcias, quizás pudieron omitir el orden preciso y secuencial en casos donde existían primeras o secundas nupcias, evidentemente, son situaciones que no fueron debidamente contrastadas, siendo errores que pueden aparecer en el libro sin debida subsanación.
– Entre 1775, —fecha cuando Pedro del Prado concluye su investigación— y el primer protocolo notarial que se conserva en el Archivo histórico de la ciudad, datan de varios años; ese período es una laguna historiográfica difícil de salvar, lo cual incidió en la conformación de árboles genealógicos, esencialmente de la familia Milanés.
– Dificultades para dilucidar los apellidos correctamente, debido a que en la primera mitad del siglo XIX varias familias apocoparon los apellidos. Ejemplos: don Tomás Cirilo Duque de Estrada y Palma, quedó como don Tomás Estrada Palma; y doña María de la Luz Vázquez-Valdés de Coronado y Moreno, quedó como doña Luz Vázquez y Moreno.
– No elaboró fichas de contenido, las cuales pudieron haber facilitado la construcción de los árboles genealógicos.
Evidentemente, ello no impone confusiones sustanciales, en la medida que gran parte de la información resultó contrarrestada con otras fuentes, para dar lugar a la presente obra sobre familias bayamesas.
Ello explica la finalidad de este resultado, el cual no hubiese sido posible sin el trabajo de conciliación, análisis e interpretación del autor, el historiador Ludín Bernardo Fonseca García, quien logró realizar la labor historiográfica haciendo usos de diferentes fuentes, que incluyen los libros de Pedro del Prado y Pardo autor de Las familias de Bayamo 1512-1775 y el Conde de Mompox Francisco Xavier de Santa Cruz y Mallen, con su obra Historia de las familias cubanas, en siete tomos, los cuales revisara y analizara mediante un arduo trabajo de conciliación.
No existe la menor duda de que el mayor aporte de información de Lacalle a la genealogía es la que coloca desde la segunda mitad del siglo XVIII hasta el siglo XX, periodo que no había sido tratado por otros autores, y que pudo realizar gracias a la consulta de los protocolos notariales, los cuales transcribió y están depositados en la Casa de la Nacionalidad Cubana.
El presente libro sobre las familias bayamesas se reconstruye con la metodología de los años 50. No se utiliza la metodología moderna, en tanto, serían necesarios numerosos tomos para agrupar lo que se desea.
La metodología moderna aporta recursos necesarios, que permiten estudiar una sola familia y con ello emprender el análisis desde diferentes procesos políticos, económicos, sociales y culturales que reconstruyen la realidad de una época. Su utilidad en este caso presupondría una tarea extensa, si se estudia el amplio número de familias incluidas en esta obra.
Desde luego, el objetivo de este libro no se corresponde con ese tipo de análisis, se detiene solamente en las particularidades genealógicas de la familia en el sentido estrecho de filiación consanguínea (padre, madre e hijos), que, sin dudas, contiene un potencial de contenido con fines diversos.
¿Cuál es su valía? ¿Qué aporta tanta información?
Los fines investigativos superan el enfoque de los estudios históricos, alcanza los emprendimientos desde la sociología histórica y los procesos socioculturales en plena conexión entre familia y sociedad.
Una breve mirada revela diferentes beneficios:
– A simple vista es posible detectar diferentes posicionamientos para el análisis socio-clasista, y socio-laboral que incluyen: la condición socio laboral de las familias, la cual no solo concierne a familias pudientes de la ciudad, sino a una gama diversa, compuesta por: zapatero, fogonero, abogado, periodista, clérigo, fraile, capitán de milicia, regidor, sargento mayor.
– Los datos incorporan notificaciones de tipo racial y étnica, con distinciones marcadas respectivas al color de piel, y la nacionalidad cubana y extranjera; así es posible encontrar varias procedencias: España, Jamaica, África, Italia, La India.
– Se muestra una gama diversa de combinaciones entre el color de la piel y el estatus social y laboral. Por ejemplo: moreno libre, mulato zapatero, pardo libre, negra, mulata lavandera, de color planchadora, tabaquero negro, monja.
– Es posible emprender estudios en el orden de la sociología de las familias, teniendo en cuenta las disposiciones de los hijos según la descendencia, que implican las diferencias según el nacimiento como hijos legítimos, ilegítimos, naturales, o reconocidos, así como otras magnitudes de pareja matrimoniadas, o en relación consensual.
Los datos aportan todo un conjunto de indicadores que muestran la realidad de la época, según sus normativas, creencias y formas idiosincráticas que sellan comportamientos de períodos concretos de nuestra historia.
La publicación de Las familias de Bayamo (siglos XVI-XX) es un homenaje al primer historiador de la Ciudad de Bayamo. Quienes lo defendieron en los momentos más difíciles de su vida, lo homenajean en el libro: Lucía Muñoz Maceo, escribe la nota de contracubierta y Onoria Céspedes Argote, el prólogo. Su imagen aparece en la cubierta. Esta es, sin dudas, su obra mayor.
Según me refirió Ludín, entregó la genealogía de Lacalle en formato digital a su derechohabiente, para su publicación. La información está organizada, diferenciando los árboles genealógicos y las notas a pie de página, donde se recogen los comentarios y el resto de la información que se desprende de ese texto principal, además fueron cotejadas las referencias y completadas las palabras apocopadas.
Finalmente, la publicación de Las familias de Bayamo…, implica saldar una deuda con la historia local, donde la familia constituye el eje central de una localidad legendaria, protagonista de sucesos y procesos que acrisolaron la patria nueva, en la cual familias enteras (aristócratas y sencillas, opulentas y humildes) fueron testigos de hechos insignes en el proceso de formación y consolidación de la identidad nacional.
El contenido implica la posibilidad de solventar investigaciones que, en el orden social y cultural, pueden notificar nuevos posicionamientos sobre las raíces históricas de la identidad y nacionalidad cubana.
*Palabras de presentación del libro Las familias de Bayamo (Siglos XVI-XX), por la Doctora en Ciencias Diurkis Yarenis Madrigal León, el 26 de mayo de 2022, a las 9:30 a.m., en la sede de la Unión de Historiadores de Cuba, en Bayamo, Granma.
Quiero saber la transendencia de mi bosabuelo francisco perez moreno en bayamo
Quiero felicitar a los que hicieron posible esta investigación pues mis abuelos vivieron en Bayamo Granma creo que en las fechas de 1913 o quizás 1914 pues eran españoles casados en España y trajeron 3 hijos de España los demás nacieron en Bayamo mi primer tía nació en 1916 y quisiera encontrar datos de mis abuelos que no conocí no e podido encontrar su fechas de defunción de ellos les doy sus nombres Matias Guerrero Lopez natural de Estepona Málaga Andalucia y su esposa Dolores Hernandez Chica natural de Granada España