Un like por la vida

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Por Leonardo Leyva Paneque | 2 diciembre, 2023 |
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Niorlan y Dílber (a la derecha) / FOTOS Leonardo Leyva Paneque

María Eduarda tiene tantas ambiciones como cualquier muchachita de su edad. También es esbelta, graciosa y bonita, pero no se conforma. Quiere proyectar una imagen más imponente y, para conseguirlo, comenzó a hacer ejercicios desde hace algún tiempo.

Medio confundida, pero con algo de esperanza, llegó al gimnasio por el embullo de una amiguita. Luego de las primeras sesiones, aparecieron los lógicos dolores en todo el cuerpo y estuvo al punto de arrepentirse. Pero ya ni se acuerda de aquellas jornadas, en que las barras, el banco de fuerza, las paralelas…, empezaban a formar parte de su rutina vespertina.

Historias como la de María Eduarda encuentran a menudo dos jóvenes fisiculturistas de Jiguaní, que desde hace cuatro años abrieron el gimnasio El Fuerte, en la cabecera de ese municipio.

Niorlan Jiménez Rosales, Máster en Ciencias de la Psicología del deporte y profesor de Cultura Física, y Dílber Ramírez Noguera, activista, encabezan el referido proyecto, que estuvo interrumpido por la pandemia.

“Me formé con este perfil, pero desde niño siempre me gustó hacer ejercicios”, revela Jiménez Rosales, para quien la constante superación resulta determinante en la labor que desempeña.

“Tenemos la obligación de prepararnos, de buscar bibliografía para actualizarnos con las tendencias más actuales”, agrega, consciente de que cada día tiene que intercambiar con públicos diferentes.

Niorlan revela que al local, ubicado frente al parque central, llegan varios tipos de personas: las que tienen como principio mantenerse en forma para que la vida les fluya; otras que sienten necesidad de liberar energías y desestresarse, y que ni siquiera se preocupan por su apariencia ni por mejorar sus capacidades físicas; simplemente, socializan para salir de ese mundo que les provoca el estrés.

Todas, sin distinción, reciben la atención requerida. Sin embargo, el especialista prefiere detenerse en los visitantes que solo buscan una buena apariencia física. “Esos son mayoría”, afirma.

Además, entre los 80 practicantes sistemáticos, alrededor del 75 por ciento son mujeres: “Ellas son más dependientes y necesitan asesoramiento todos los días”, precisa.

“Igualmente, insistimos en la corrección de la técnica, debido a errores frecuentes que comenten, a pesar de llevar varios meses ejercitando”.

Niorlan considera que los varones, con una idea más clara, llegan y comienzan, “aunque también hay que supervisarlos, aquí nada es improvisado”, explica.

En El Fuerte no abundan aparatos de última generación, pero existe el equipamiento necesario, como lo asegura Ramírez Noguera. “Por lo menos contamos con lo indispensable, cuádriceps, máquina smith, prensa de 90 grados, hércules, banco de remos, pesas identificadas, banco de trump, barras (cortas, H, Z), entre otros equipos”, describe.

“Lo demás depende del ingenio de nosotros y de lo que seamos capaces de hacer”, apunta Dílber.

Niorlan también agradece a quienes encontraron en el gimnasio la vía para demostrar sus dotes y a quienes, aquejados por alguna enfermedad, se recuperan de sus dolencias.

Entre varios ejemplos, habla con orgullo de un paciente con el síndrome de Guillain-Barré, un raro padecimiento autoinmunitario que puede conducir a la parálisis: “Cuando llegó, apenas podía valerse por sí mismo; ya monta bicicleta y ha recuperado el equilibrio”.

Jiménez Rosales cuenta que trabajan en la tonificación muscular, “ese padecimiento es como un apagón del sistema nervioso periférico”, recuerda.

De igual forma, destaca una joven de 20 años: “Lleva seis meses y hace 115 kilos de sentadillas de cuclilla. Lo increíble es que apenas pesa 42 kilogramos y muestra un índice de fuerza de 2.75, que para una mujer está fuera de lo normal y empezó solo con la barra”.

María Eduarda ya venció los temores iniciales. Cada tarde que entra al gimnasio se siente como pez en el agua y, como va logrando su propósito, ni desea recordar las tantas veces que, adolorida, pensó en desistir.

Incluso, alguna que otra vez, aprovecha para hacerse un selfie entre los aparatos, a la espera de muchos like en su perfil de Facebook; al tiempo, que hace más saludable su vida, aunque ese no haya sido el principal objetivo, desde que llegó por primera vez al gimnasio.

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