
Esta locutora e influencer bayamesa, de apellidos Martínez Ortiz, es una persona con características peculiares: lleva en el alma la blancura de su estirpe, nació en Molino Rojo, vive en Barrio Azul, prefiere el negro y el rosado al vestir, admira el amarillo de los girasoles y el marrón del café mañanero.
Salpicados por tan colorida gama iniciamos el diálogo.
-¿Por qué el arte?
-El arte es mi desahogo, la manera de salvarme de la rutina cotidiana. Igualmente, me fascina la lectura para entender, de una forma diferente, los avatares de la vida, y aunque tengo bien puestos los pies sobre la tierra, imagino diversos mundos.
“Pequeña aún, recibía muchos libros de mi madre, desde entonces comprendí que leer es el mejor modo de crecer.Ahora, sin ese ejercicio intelectual no puedo estar y planteo el universo personal de otra manera”.
-¿Ejemplos?
-Cuando friego o limpio el piso de la casa, a veces pienso cómo Gabriela Mistral o Frida Kahlo desempeñarían esas funciones y todo fluye.
“En estos momentos leo un libro titulado Flow (Fluir), que relata cómo las personas en trabajos insospechables y monótonos encuentran en esos lugares el arte del disfrute diario.
“Somos nosotros quienes tenemos que llevar el control de ese tiempo, si te dejas arrastrar por la dureza de la vida, el entorno resulta más difícil. Si me dispongo a tomarme un té, ese minuto es mío y lo disfruto plenamente”.
-¿Y el paso por la radio?
-Entré a ese medio con apenas 18 años de edad, mediante un casting para actores y actrices que trabajarían en el programa Minimagacín, que ya no cuenta en la parrilla de Radio Bayamo.
“Éramos más de 160 los aspirantes, no me resultó difícil, pues había concluido un taller de actuación, impartido por Fernando Muñoz, el director del grupo de teatro Alas D’ Cuba y el dramaturgo Carlos Leyva Bonaga. Nos eligieron a Ludmila Ygarza García y a mí, entre otros.
“Pensé que era algo inalcanzable, pues veía a la radio como algo inmenso, nuevo. Luego me incorporé a un curso de locución, sin sospechar que tenía condiciones para esa profesión. Comprendí lo imprescindible de aprender de aquella personas que trabajaban en esa institución: José Rodríguez, Yoly Pereira, Dayteré, Sandro… Los directores Magdalena Casate, a quien le agradeceré siempre sus consejos, Mirelys Echenique, a los actores de los dramatizados…”.
-¿Cómo valoras ese medio?
-Es una gran parte de mi vida, me cambió todo: a vestirme con escudos, a sensibilizarme, a educar el gusto… Gracias al medio llegué a la Universidad de las Artes, en Holguín, egresé como licenciada en Producción de Radio, Cine y Televisión, donde descubrí muchos detalles que jamás supuse. Llevo 18 años en la radio, como un sacerdocio.
“Hace poco falleció mi madre, y aunque no he frenado el dolor, le prometí hacer cosas buenas, enseñarles a los demás a cómo transitar por la vida de una forma diferente.
“Con mi voz he dado vida a algunos audiolibros, escribí, además, Prohibido girar y me enfrasco en otro en el que narro pasajes dirigidos a las personas que no se atreven, o les falta valor para contar sus pesares.
“En la nueva propuesta cuento algo de mí, para sentirme más cómoda. Es, además, la motivación del canal en Youtube que lidero, para ayudar a otros aquejados por asuntos comunicacionales”.
Y mientras Leisa actualiza su blog Atracción y contraste o el espacio digital 27 letras… el mundo en Español… me sumo a sus seguidores, porque al decir de la referida oradora motivacional: “La vida es una oportunidad que no debemos dejar escapar”.