
Era tan tímida que nunca había declamado o dado riendas sueltas al histrionismo en los matutinos escolares, gala o cualquier actividad cultural que son habituales en las distintas etapas estudiantiles.
Pero en el trascurso de noveno grado la vida de la manzanillera Ailed María Mendoza Albo cambió: por aquel entonces Fidel creó el Programa de los instructores de arte y esta joven optó por la manifestación de teatro .
Encontró apoyo en el instructor Onay Matos, de la Casa de Cultura de la ciudad del Golfo, aprobó los exámenes de ingreso y matriculó en la escuela de instructores de arte Cacique Hatuey, de Granma.
“Empezó a atraparme el teatro, las primeras clases, los profesores, mis compañeros del grupo, entre quienes siempre me destacaba. Eso me motivó y cuando eso sucede, uno se estimula, le ofrece más atención y tiempo. Más que el talento es la disciplina, el deseo de hacer y crear. Uno nace con el talento y lo perfecciona en el transcurso de la vida.”
Luego de licenciarse y encantada por la actuación, Mendoza Albo laboró en varias escuelas primarias, en la de formación militar Camilo Cienfuegos, de este municipio, pero no duda en calificar la labor con los niños, en Casa de Cultura, como el momento más emotivo y maravilloso.
“Teatro de los Sueños marcó mi vida para siempre. Hoy son hombres y mujeres que desempeñan otras profesiones, con familia, y todavía nos vemos en la calle y me dicen profe, eso no hay nada que lo supere en la vida.
“La labor con los niños es muy agradecida y sensible porque los “tomas” de la mano y les ofreces herramientas que son juegos, pero los enseñas y les aportas algo para su vida. Crecen y aunque opten por otras carreras, que no tengan que ver con el arte, se quedan con “esto me lo enseñó la “profe” de teatro.”
Los premios y el crecimiento profesional de la joven no se hicieron esperar, al punto que en 2008 cumplió misión internacionalista en Venezuela, año del que Ailed conserva imborrables memorias.
“En el estado Yaracuy cree mi “familia” venezolana: personas que me apoyaron mucho en la comunidad, dentro del Gabinete cultural y logré hacer una Colmenita que revolucionó la comunidad donde estábamos viviendo. A partir de ahí creció el proyecto y hoy se mantiene, no solo con niños, también con los padres y los ancianos, con todos.
“El sello 26 de abril, que se le otorga a los colaboradores excepcionales dentro de la Misión Cultura Corazón Adentro se me otorgó al concluir la tarea y lo conservo como algo muy entrañable de mi paso por esa nación hermana.”
Mendoza Albo, líder del grupo GIA (Grupo de Instructores de Arte) y actriz del Ategua (Agrupación Teatral del Guacanayabo) valora que el artista nunca puede dejar de soñar, de hacer.
“Soy atrevida, también lo creo porque tengo que seguir superándome y aprendiendo pero a mí me gusta todo: el teatro de sala, para niños y adultos, el de calle, el de las comunidades que es maravilloso y cuando llegas a escenarios muy intrincados es un proceso muy bonito y agradecido, porque son personas que no tienen la posibilidad, cotidiana, de “chocar” todos los días con el arte.”
De la niña tímida solo queda el recuerdo, porque en cada una de sus actuaciones Ailed María Mendoza Albo deja la huella del talento, la vocación y el alma vestida del apasionamiento por lo que hace: instruir en el arte.