Lourdes y Cristina mujeres símbolo en la historia de Cuba

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Por Gislania Tamayo Cedeño | 15 junio, 2025 |
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Llega otro quince junio y el recuerdo de las hermanas Giralt permanece intacto en la mente de cada cubano, que no olvida los crímenes cometidos por aquellos gobiernos al servicio de los Estados Unidos.

Sesenta y siete años hace que fueron asesinadas atrozmente Cristina y Lourdes Giralt Andreu por los secuaces del dictador Fulgencio Batista.

El crimen tuvo lugar en el apartamento 42 del edificio sito en calle 19, esquina a 24 en el Vedado, La Habana, local que compartían las hermanas.

Comenzaron a residir allí después de la Huelga de Abril, cuando abandonaron la casa que ocupaban considerándola insegura.

El nuevo local quedaba contiguo a una vivienda donde se reunían jóvenes del Directorio Revolucionario 13 de Marzo.

Cristina Alicia Giralt y María de Lourdes Giralt nacieron en la ciudad de Cienfuegos, eran las hijas menores de los cinco hijos de la familia Giral Andreu. El padre, José Ramón, era oriundo de Santander, España, quien llegó a ser cajero y apoderado principal de los almacenes Ferrer dedicados al negocio del azúcar y luego tajador en el gremio del puerto cienfueguero. La madre, Alicia, era cubana, ama de casa.

Cristina era la mayor; una muchacha seria, callada, reservada y hogareña; María de Lourdes, o Maruca, como le decían, era alegre, chistosa, amante del baile y los paseos.

Ambas repartían bonos y propaganda, preparaban botiquines y ayudaban en el traslado de armas.

Aquel 15 de junio nefasto fue domingo, Día de los Padres, y hacia la Perla del Sur se dirigieron para celebrar la significativa fecha en el seno familiar.

Ya de regreso a La Habana, luego de saludar a su hermano se encaminaron a su domicilio.

Ninguna de las muchachas imaginaba que las aguardaba la muerte.

Una delación vinculada con el atentado realizado en esos días al Ministro de Gobernación había expuesto las actividades que realizaban como parte de la Resistencia Cívica del Movimiento 26 de Julio donde repartían bonos y propaganda revolucionaria, preparaban botiquines y ayudaban en el traslado de armas.

Los esbirros batistianos ocuparon en el edificio los apartamentos del Directorio y de las hermanas Giralt, desocupados en ese momento porque los jóvenes del Directorio lo habían abandonado como medida de protección y ellas ajenas se habían marchado a Cienfuegos.

“…dicen que uno de los sicarios de la tiranía batistiana, con el pie empujó el brazo inerte de una de las hermanas y lo proyectó hacia el interior del carro. Cristina recibió 9 perforaciones y María de Lourdes 13 en la brutal refriega de ametralladoras…” Ni siquiera pudieron defenderse.

Cristina y Lourdes son otros nombres que endosan la larga lista de héroes que ofrendaron su vida a la patria. Dos mujeres víctimas del odio, la mentira y el entreguismo patético de los adoradores que ahogaron la Isla con el desenfreno anexionista que finalmente se apoderó del suelo cubano y no tuvo conclusión sino hasta el primero de enero de 1959.

En noviembre de 1984 fue abierto al público el Museo de la Clandestinidad “Hermanas Giralt” con el objetivo de mostrar el contexto donde nacieron y crecieron Cristina y Lourdes.

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