
Con la icónica frase del titular, cada segundo sábado de febrero se celebra el Día Mundial del Cine, para que los amantes del séptimo arte, aclamen sus películas favoritas y fomenten un vínculo cercano con los miembros de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, mediante las redes sociales.
Uno de los antecedentes del cine fue la invención de medios mecánicos y técnicas para captar, crear y reproducir movimientos, por lo que a mediados del siglo XIX se inventó el daguerrotipo, la fotografía, la cámara oscura, el taumatropo, la linterna mágica y el fusil fotográfico.
Otro destaque lo constituyó el quinetoscopio o cinetoscopio, devenido precursor del proyector de películas, mediante una tira de celuloide con imágenes secuenciales sobre una fuente de luz y un obturador de alta velocidad.
Por su parte, los hermanos Lumiére crearon el cinematógrafo, cuyo dispositivo permitía la toma, proyección y copiado de encuadres en movimiento, patentado el 28 de diciembre de 1895.
Ensayistas contemporáneos refieren que los inicios del referido arte se remontan a la época del cine mudo en 1895-1929 y no fue hasta la primera década del siglo XX cuando varios estudios fílmicos, de escasas dimensiones, proliferaron en Europa y Estados Unidos con filmes de pocos minutos y metraje, de temática simple y producción de bajo costo.
Mundialmente tuvo amplia difusión como manifestación artística, con sonido, color , movimientos y corrientes vanguardistas, independientes o documentales, hasta que el viernes 15 de enero de 1897 arribó al puerto de La Habana el buque Lafayette, procedente de Veracruz, México, con el cinematógrafo Lumiére, para comercializar aquí y difundir el goce estético del nuevo invento.
La etapa marcó el inicio del cine mudo en Cuba (1897-1933), aunque el paso del tiempo y el abandono, en torno a la salvaguardia del patrimonio cultural, dieron al traste con una abrumadora mayoría de las películas que volaran como Matías Pérez.
Enhorabuena apareció la Cinemateca de Cuba, institución cultural, nacida bajo los auspicios del ICAIC, con el propósito fundamental de garantizar la protección del dominio cinematográfico nacional y contribuir al desarrollo cultural de nuestro público.
A quienes se empeñan en preservar esa memoria histórica, llegue igualmente el reconocimiento por el Día Mundial del Cine, abrazados por la icónica frase: ¡Luces, cámara, acción…!
.