
Manzanillo.- Las flores son símbolos, reverencias de los más supremos sentimientos de amor, cariño y admiración hacia las personas a las que se les guarda un sitio entrañable del lado izquierdo del pecho.
Cada 28 de octubre las emociones se exaltan, adquieren grados superlativos y las rosas, jazmines, amapolas, girasoles y lirios van en las manos de los niños, adolescentes, jóvenes y adultos, corazón de pueblo, que en estas fechas revive la eterna presencia de Camilo.
Al decir del poeta, “el Héroe de Yaguajay no tiene tumba”, entonces, como sucede en el resto del país, las aguas del Golfo de Guacanayabo se tiñen de colores y renace la sonrisa amplia y el sombrero alón del muchacho jaranero de la barriada habanera de Lawton, del intrépido combatiente y revolucionario cabal, de probada lealtad a Fidel, de quien aseguró no estar en contra ni en la pelota.
Desde hace cincuenta y ocho años el alba de estas fechas lleva la esencia del compromiso, la unidad y la valentía sin límites con las cuales Camilo fertilizó su paso glorioso por la vida y que hoy marca el destino de las cubanas y cubanos.
La conmemoración manzanillera fue expresión de ello y Risel Jiménez Arias, primer secretario en funciones de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) en el municipio, afirmó que “las nuevas generaciones no olvidarán la historia; continuarán escribiéndola con el ímpetu y la determinación de preservar las conquistas sociales de la Revolución de Céspedes, Martí, Fidel, el Ché, Camilo y Raúl.”
Un grupo de estudiantes recibió de manos de las principales autoridades manzanilleras el carné que los acredita como militantes de la UJC, instantes de responsabilidad y disciplina, que guían los desempeños cotidianos.
La Banda Municipal de Conciertos dejó escuchar los primeros acordes de la marcha combatiente, se alzaron las fotos del Señor de la Vanguardia y “caminó” un mar de flores para el Héroe.
Los estudiantes Camila Leal Lara y Sander Torres Vázquez vibraron de emoción y a Bartolo Pantoja Perea, combatiente de la columna número uno, al mando de Fidel, se le encogió el pecho con las ráfagas de las remembranzas.
Es 28 de octubre, día de peregrinación de cariño, y las rosas, jazmines, amapolas, girasoles y lirios van en las manos de todos para adornar de colores las aguas del Guacanayabo, homenaje a Camilo, imagen de pueblo y Revolución.





