Marlenis González Manso: una mujer de estos tiempos

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Por Rodrigo Motas Tamayo | 21 febrero, 2024 |
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FOTO Rodrigo Motas Tamayo

Muchos  trabajadores honran el sector  azucarero en Granma, pero cuando se mencione a Marlenis González Manso hay que reconocer a una digna mujer cubana de estos  tiempos.

Y razones hay. Vinculada  a  un campo de caña (15 hectáreas) lleva en sus manos el sello de la entrega, la constancia y el trabajo duro. Tanto  es así, que por su comprometida  forma de hacer las cosas: trabajar, trabajar y trabajar… se ganó el mote de La ambiciosa.

Al decir de Dismer Sánchez López, su jefe directo, allá en la UBPC Las Muchachas, perteneciente a la empresa agroindustrial azucarera Enidio Díaz Machado, de Campechuela, de los 119  trabajadores agrícolas  con que cuentan, “ella es larga con el azadón,  vaya a ver  su  campo y me dará la razón”.

“Hago cualquier  labor agrícola, no importa  la que sea: descepe,  corte de árboles leñosos, recogida de pica pica,  bejuco; desagüe,  actividades culturales a la caña,  cargo  leña… lo que sea… “, afirma Marlenis.

En la lista de honor de los destacados  de la Enidio Díaz Machado y el sector  azucarero en la provincia,  González Manso  tiene  toda  una vida  al pie  del surco.  “En  casa  éramos  10  hermanos, y recuerdo  que con  nueve  años me iba para el campo  con la familia, a buscar  nuestro  sustento. A  los 16,  me  hice  plantilla  como trabajadora directa a la tierra y ha sido así  hasta  ahora.

¨Esos  primeros  años,  iba  donde  me necesitaran, manifiesta.  Íbamos  todos los días  a pie  hasta  Cubeña, bien temprano, 4:00 a.m.,  trabajábamos y al regresar había  que hacer las cosas  de la casa.

Tuve  dos  hijos, uno murió ya grande,  y los saqué  adelante  a machete y azadón, porque no  le  tengo  miedo  al trabajo… no hay proeza, soy una mujer, como las otras”, alega y  en su rostro  curtido por el sol se aloja la satisfacción.

Más de 30  años como obrera agrícola, que aplica  la doble  jornada,   asmática y mujer soltera, dicen  mucho de la hazaña cotidiana de esta fémina campechuelense, cubana de pura  cepa.

“He  luchado la vida, la he  quemado  y aquí estoy.  Ni un paso atrás,  el trabajo honra y  vivo orgullosa  de  ello.

“No soy  fiestera, mi vida  ha sido siempre trabajar…trabajar… en la casa  crío  mis animalitos…realmente  no tengo días  para fiestas, enfatiza y su rostro, – adquiere mayor seriedad- “a los  jóvenes les digo que trabajen por la familia, no dependan de nadie”.

 

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