
El campismo popular es una modalidad vacacional que, durante 42 años, ha contribuido a la recreación y el esparcimiento de millones de cubanos y cientos de miles de visitantes foráneos.
Esta forma de esparcimiento goza de mucha popularidad entre las familias granmenses, pues aprovechando las bondades de la naturaleza del territorio, la provincia cuenta con cuatro instalaciones: Los Cantiles, La Sierrita de Nagua, El Salto de Jibacoa y Las Coloradas.
Las características topográficas permiten a sus visitantes acampar en zonas naturalmente protegidas, con posibilidades de viales, agua potable y las opciones del baño recreativo en ríos y playas.
Se incluyen, igualmente, actividades de baile, juegos de participación, el senderismo por las áreas cercanas, excursiones a lugares de interés histórico-cultural, además de variadas ofertas gastronómicas.

Múltiples acciones de reparación y mantenimiento alistaron a las cuatro bases granmenses de campismo, para recibir este verano a 960 visitantes-días, informó a La Demajagua Dayamí Verdecia Quiala, especialista comercial y jefa de agencia de la Empresa provincial de Campismo Popular.
“El pasado 6 de mayo, empezamos a vender a la población las reservaciones para la etapa estival, y hasta el momento hemos expendido más del 70 por ciento de los cupos disponibles para el alojamiento de los campistas”, precisó.
Granma cuenta con 133 habitaciones para que los clientes se hospeden en ciclos divididos de lunes a jueves y de jueves a lunes, con precios que oscilan de 85 a 90 pesos por persona la noche.
“También tenemos la opción de las tiendas de campaña y sus colchones de esponjas, con capacidad para cuatro o seis personas, a 10 pesos per cápita. Por lo general, esta oferta es muy demandada por grupos de jóvenes que realizan excursiones para disfrutar de su tiempo libre”, agregó Verdecia Quiala.

Los Cantiles, por su parte, dispone de una particularidad, pues posee dos casas con un precio de mil pesos por noche, para cuatro huéspedes. El confort es superior al de las cabañas, y cada una tiene portal, desayunador, sala, dos cuartos climatizados, frizzer, consola, sábanas, toallas, secador de pelo en el baño y televisor de pantalla plana.
Verdecia Quiala explicó que para la transportación hasta Los Cantiles, La Sierrita y El Salto, se recurrió a las guaguas arrendadas, con precios de 200, 360 y 400 CUP por persona, respectivamente.
En cuanto a las ofertas gastronómicas, precisó que los clientes tienen derecho a desayuno, almuerzo y comida, al tiempo que se comercializarán pizzas, espaguetis, panes, bebidas y licores, entre otros.
De igual manera, la Empresa Campismo Popular en Granma ofrece, durante los meses de julio y agosto, pasadías que incluyen almuerzo y merienda, a 700 pesos por persona. El cliente debe gestionar las 30 capacidades del ómnibus para realizar el viaje cualquier día de la semana, con salida programada para las 8:00 a.m.
Con ánimos renovados y, sobre todo, muchas ganas de hacer, los trabajadores de Campismo Popular en Bartolomé Masó se empeñan por mantener sus principales opciones recreativas, gastronómicas y de alojamiento, junto a elevados estándares de calidad.
Muchos factores han incidido en ello, pero prevalecen, ante todo, la voluntad y la resistencia creativa de cada colectivo laboral.
Laidimir González de la Paz, director de La Sierrita de Nagua, ubicada en los márgenes del río que da nombre a la instalación, dijo que, tanto en esta como en El Salto de Jibacoa, están creadas las condiciones para brindar a sus visitantes recreación sana en un entorno más acogedor.
“Esa es nuestra mejor manera de hacer un llamado a todos los campistas, repitentes o no, a que visiten nuestras instituciones, ya sea en una de las rotaciones habituales que ofrecemos de lunes a jueves y de jueves a lunes o también a través de pasadías. Estas modalidades requieren de igual y esmerada atención por parte de nuestros trabajadores, por lo que los visitantes pueden acceder a todos nuestros servicios y opciones”.
El acercamiento a las instalaciones del campismo en Bartolomé Masó, además del contacto con la naturaleza y la rica historia de estos lares, propicia un singular intercambio con personas muy amables y sencillas que disfrutan su trabajo.
También se busca hacer partícipes a los visitantes del rescate de tradiciones campesinas de estos lomeríos y propiciar un mayor contacto comunitario, a través de espectáculos culturales preparados por los trabajadores con el concurso de vecinos de la zona.
El municipio de Bartolomé Masó es el único de su tipo en Granma que cuenta con dos instalaciones de campismo. Ello se revierte en mayores opciones participativas en todo el año, en particular el verano.
Con alojamiento en casas de campaña y habitaciones, ubicadas cerca de valles, cuevas, elevaciones, bosques, ríos y playas, esta práctica de recreación sana en contacto directo con el ecosistema, ofrece la posibilidad de descubrir, disfrutar y proteger el medio ambiente y la ecología, además de observar una amplia diversidad de la flora y la fauna cubanas.
También, propicia el descanso en un ambiente tranquilo y saludable, donde los campistas encuentran motivos para el retorno a esos parajes.