
Sacar del atolladero en el que se encuentra la siembra de caña, figura entre los retos que les deja a los ganmenses el 2023, cuando solo lograron plantar el 17 por ciento del plan.
Ese resultado ha provocado el declive en la producción cañera sobre la que descansa la existencia de la agroindustria azucarera.
Aún distante de la necesaria recuperación, el 2024 inició con atrasos en la provincia, al plantarse en enero algo más de 73 hectáreas, el 67 por ciento de lo previsto.
Persiste un insuficiente desempeño en las empresas agroindustriales Grito de Yara (7,6 por ciento), Arquímides Colina (65,1), Bartolomé Masó (85,5), Enidio Díaz (92,4) y el Roberto Ramírez, de Niquero que resultó la excepción como única cumplidora.
Hacer más por la siembra es un compromiso de honor, como el de producir el azúcar, sin ignorar que la falta de combustibles y otros recursos materiales, a causa del bloqueo de los Estados Unidos contra Cuba.
Crecerse ante los escollos es el desafío a que están convocados los agricultores, para cumplir con las mil 083 hectáreas, al cierre de abril, y mostrar su capacidad de respuesta en tiempos difíciles.