
Aunque su tránsito por los tapices no pasó desapercibido, Michel Enrique Rodríguez Hechavarría nunca pretendió convertirse en un gimnasta reconocido.
Sus expectativas iban más allá de conquistar una medalla en el caballo de salto, ejercicios en el suelo, en anillas …, o ubicarse entre los máximos acumuladores.
Ni aquel segundo puesto que le depararía el concurso individual de la Copa Pioneros, cuando aún descubría los secretos de un exigente deporte, pero hermoso, lo hicieron cambiar de idea, “desde que era atleta, siempre me gustó ser entrenador”, confiesa.

Casi un año después de su primera experiencia competitiva como preparador, aún se asombra, y no puede evitar remontarse a abril de 2022, cuando dos alumnos suyos, Omar Alberto Castro Espinosa y Adolfo Gabriel Malcolm Lorens, en ese orden, ganaron el torneo de la Copa Pioneros, con sede en la sala 12 de Enero, de Bayamo, “me sorprendieron”, revela.
En la instalación bayamesa, también se erigió el entrenador más destacado de la competencia, mérito suficiente para ser reconocido como el Mejor profesor de deportes de la provincia.
Su buen carácter encaja con los niños, aunque reconoce que el trabajo es bastante difícil y, a la vez, gratificante: “Hay que repetir y repetir los ejercicios para que puedan fijarlos”, asevera, uno de los egresados de la Escuela de profesores de Educación Física Simón Bolívar y Palacios, en la capital granmense.
De hecho, Rodríguez Hechavarría sigue trabajando con atletas iniciantes de la rama varonil; mientras, en la sesión matutina apoya al equipo femenino de la categoría 9-10.
-¿Metas?
-Deseo seguir superándome, aún me queda mucho por aprender; además, quiero convertirme en Licenciado.
-¿Sueñas con llegar a la Escuela nacional como profesor?
-Por supuesto, es uno de mis anhelos.
Al parecer, ya nada le asusta a Michel Enrique, ya venció el miedo inicial, el mismo con que llegó hace apenas tres cursos a la sala bayamesa, fragua de encumbrados gimnastas granmenses.
