Mujer de retos

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Por Anaisis Hidalgo Rodríguez | 8 marzo, 2024 |
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FOTO Anaisis Hidalgo Rodríguez

Difícil precisar ese primer suceso que  motivara a Maritza González Olivera a estudiar Derecho, quizás alguna injusticia cometida con el más chico del aula, el agravio a algún anciano o aquel alegato de autodefensa de Fidel denominado La Historia me absolverá, del cual se confiesa ferviente admiradora…lo cierto es que siempre tuvo en claro hacia dónde enrumbarse  laboralmente.

Su maestría en  Asesoría Jurídica habla por sí solo de lo acertado de aquella decisión, que trasciende hoy en su desempeño como asesora jurídica de la Unidad gráfica Bayamo y en su rol como inspectora provincial de la Asociación nacional de innovadores y racionalizadores (Anir), donde destaca por la exigencia en el cumplimiento de la Ley.

A su juicio, este es un trabajo complejo y agotador, que tiene entre las mayores recompensas el sentirse útil y capacitar a más de 500 personas, sean dirigentes sindicales, administrativos, ejecutivos de los comités de innovadores y racionalizadores o de las comisiones evaluadoras.

Pero Maritza González Olivera, es más que una profesional consagrada, carismática, servicial y con un alto sentido de cooperación; es madre y padre a la vez. Es la típica  cubana que desafía los avatares de la cotidianidad con una sonrisa en el rostro, una broma entre compañeros y un gesto fraternal.

Esta obrera abnegada, solidaria, cálida, desprendida de sí, no es mujer de pinturas y atavíos ostentosos; prefiere los retoques discretos cuando la ocasión lo amerita, como esos momentos especiales en los que le corresponde galardonar a algunos de sus innovadores.

Su fuerte, ciertamente no es innovar, pero su formación en este campo jurídico ha sido decisivo para que muchas innovaciones, de impacto económico y social para el país, salgan del anonimato y les sean remuneradas a sus ejecutores; un triunfo que saborea como suyo y que disfruta siempre junto a sus colegas.

Y es que detrás de estos éxitos, no solo está la pujanza de un hombre o una mujer que crea, está también el intelecto de Maritza, redactando y conformando expedientes, calculando el efecto económico de la innovación, ocupándose del registro de las innovadores; de la remuneración económica a sus autores y del agasajo moral.

El sello 8 de Octubre, que recibiera en ocasión del aniversario 95 del nacimiento de Ernesto Che Guevara, se suma a su entrega durante más de 20 años laborados y una treintena de empresas asesoradas jurídicamente en cuanto al reglamento de la Anir.

Sobre los desafíos que ha implicado su vinculación durante 30 años a la Industria Ligera,  20 como inspectora de la Anir aunado a la atención de su familia, refiere:

“Siempre ha exigido sacrificios, mayormente a partir de 2011. En esa época era presidenta en la Empresa textil Texoro, posteriormente en el 2014 asumí una contratación en la Gráfica; a su vez, empezaba a incursionar como inspectora de la Anir, en tanto me desempeñaba como cuadro no profesional del buró provincial de la Industria, tareas que requieren de un esfuerzo adicional que no es remunerado.

“La familia siempre ha estado al lado mío, apoyándome. Cuando digo familia me refiero a mis dos hijos a quienes crío desde los cinco años, sin la presencia de la figura paterna. En ocasiones, por la parte legal  cuando tuve que viajar  a La Habana conté con el apoyo de vecinos, familiares y amistades que asumían su cuidado, para que yo pudiera asumir esa responsabilidad desde el punto de vista de la atención jurídica a los casos y procesos que tenían otras provincias.

“Ha significado esfuerzo por las noches, los fines de semana, trabajo para la casa; dedicación en las madrugadas, la cooperación de los niños que desde pequeños tuvieron que aprender a  colaborar en casa, porque he ido nueve veces al salón de operaciones. Han sido incondicionales.

“Si hoy tuviera que caracterizar a la mujer cubana,  te diría que es una mujer muy sacrificada por la situación económica que atraviesa el país, la situación energética, la escasez en grupo de recursos; pero de manera genérica, somos emprendedoras de por sí. No hay reto por difícil que sea, que no seamos capaces de resistir”.

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