San José de las Lajas.- Este martes Mayabeque se une a los festejos por el aniversario 55 de la Victoria de Girón y la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana recordará la epopeya. En abril de 1961, desde diferentes demarcaciones de la entonces provincia Habana partieron jóvenes cubanos dispuestos a enfrentar a los milicianos financiados por el gobierno norteamericano.
Entre ellos hubo 42 meleneros, integrantes de la Batería D de artillería comúnmente conocida como Cuatro Bocas. Varios de ellos nos hablan de su participación en los acontecimientos.
Luis González Oliva tenía 19 años, en declaraciones a la prensa recuerda que se batió con su Gárand tirándole a los aviones yanquis, hasta recibir heridas por la metralla de un mortero.
La mayor parte de las esquirlas se metieron en la pierna derecha. También en la cara, pero en menor cantidad, me llevaron al hospital de campaña de Versalles donde permanecí tres días, rememora.
De los más jóvenes era Alberto Reyes Díaz, quienes contaba con solo 16 años pero con la valentía de un consagrado se dispuso a combatir para defender su tierra, costara lo que costara.
Yo me había preparado en la especialidad de Comunicaciones, pero no era posible tirar líneas en aquel lugar pantanoso y con el enemigo disparándonos desde aviones y tierra, explica.
Una vez en Playa Larga nos encontramos con el padre de Nemesia; había enterrado a dos hijos hasta el cuello para evitar que los mataran, cuenta.
Reyes acota que cuando todo terminó vieron a Fidel y le preguntaron cuándo sería el acto de graduación del curso y respondió el Líder de aquella gesta y también de la Revolución Cubana: Ustedes se graduaron de hombres.
Otro de 16 años era Jesús García Ulloa, quien no procura olvidar ni un detalle. Recibíamos un entrenamiento fuerte cuando llegó la noticia de la invasión, partimos hacia Campo Armada en rastras hasta Ciudad Libertad, donde nos ubicaron según la edad de cada cual. Los menores de 20 quedaron en la artillería antiaérea, recuerda.
Ya en el Central Australia escuché las explosiones y le dije a un compañero: Oye, nos van a mandar allá dentro y eso es un carnaval pero en la medida en que nos adentramos en la guerra se fue perdiendo el miedo, remarca.
La destacada escritora Dora Alonso tomó una foto al pelotón de García Ulloa.
No hubo uno solo acobardado. Todo el mundo echó pa´lante en Girón, concluye.