
Carlos sale a buscar la merienda de sus hijos, en el camino encuentra unas pránganas, finas como una tabla, por el valor de 23 pesos, se lo piensa; observa a pocos metros unos panes a 300, grandes, bien hechos. El vendedor de pránganas advierte el riesgo de perder un comprador y le intercepta con su comentario: “Muchacho, contra ese precio, ¡no te tires!”, como si el suyo, no estuviera también por la estratósfera.
Historias como estas, del tira y encoje de los precios, más del estirar que del encoger, saturan diariamente nuestra cotidianidad; solo ejemplificar la escalada de precios que ha tenido el pan bon, que se expendió hace un tiempo en el mercado informal a cinco pesos y hoy se cotiza a 25, sin saberse a ciencia cierta cuál será el límite cuando, paradójicamente, tiene el mismo gramaje y la mala calidad.
Otro punto polémico es que un mismo producto puede costar muy diferente de una provincia a otra o, incluso, entre municipios y unidades de un mismo territorio.
Lo pasmoso es que después que suben de precio, no hay fuerza de gravedad ni voluntad humana que los haga bajar. Hoy, es tendencia el incremento especulativo de los precios tanto en el sector privado como el estatal; pareciera que este último se hubiese desentendido de su misión de poner límite a los precios de otros mercados, obligándolos a bajar con mejores propuestas.
El Partido y el Gobierno de Granma tienen comprensión de la situación, pero se precisan más acciones contundentes para poner coto a los precios de hoy, y en lo cual incide también el mercado informal y la improductividad.
En la provincia inició desde el pasado año un muestreo de control de precios en empresas, unidades empresariales de bases, cooperativas y puntos de ventas a la población, dirigido por el Partido, coordinado por la Asociación de Economistas de Cuba y asesorado por el Ministerio de Finanzas y Precios, que comprendía aquellos productos de mayor demanda, en aras de buscar soluciones para reducir progresivamente la inflación; pero aún han de palparse los resultados del proceso.
Avanza el año, seguimos enfocados en cuentas matemáticas dignas de Premio Nobel y, por suerte, en el logro de alentadoras metas productivas, pero continúa siendo necesaria la aplicación y control de las regulaciones establecidas en beneficio del pueblo, el reencuentro con la ciencia en los campos y del peso de la ley con los infractores.