
“El golpe oscuro de la desventura, el ciego encontronazo, la certeza de que has muerto inesperadamente”, fue el testimonio del amigo que, hace unos meses, sufrió un accidente de tránsito y tuvo que construir una nueva forma de vida.
Por desgracia, los sucesos de ese tipo ocurren de manera inesperada; si logramos salir ilesos, no solo quedan secuelas físicas, sino también emociones traumáticas intensas, que debemos gestionar y controlar adecuadamente, si no, pueden originar graves problemas mentales.
Irritabilidad en el carácter, cambios bruscos en el estado de ánimo, ansiedad, nerviosismo o depresión, períodos de confusión, pérdida del apetito, aislamiento y dificultades en las relaciones personales, son síntomas postraumáticos que pueden aparecer como consecuencia de un evento fatídico.
Si a ojo de lupa echamos un vistazo al comportamiento de la accidentalidad en Granma, los números disparan las alarmas, ya que los indicadores este año van en aumento, con mayor incidencia de los ciclomotores (motorinas y bicicletas eléctricas), los ciclos, autos ligeros y peatones.
Según el primer teniente Ángel Girón Tornés, jefe de pelotón en la Unidad de Tránsito en Granma, desde enero hasta junio se registraron 170 accidentes, 21 más que en igual período de 2023. Las zonas urbanas constituyeron el epicentro, con 33 hechos.
Para ejemplificar, el mes pasado ocurrieron 36 siniestros en la vía, 18 por encima de la etapa de comparación, 41 lesionados y dos muertes.
En los seis meses concluidos del actual almanaque, resultaron lesionadas 258 personas, para sobrepasar en 77 la cifra del período anterior, y hubo 17 fallecidos, es decir, aumentó en uno la estadística comparativa interanual.
Entre los accidentes reportados en el presente mes, el más impactante ocurrió en la noche del jueves, 4 de julio, en la comunidad bayamesa de Las Mangas, cuando un ómnibus de la ruta Bayamo-Habana chocó a un vehículo de tracción animal por la parte izquierda trasera.
De las siete personas que viajaban en el carretón, popularmente llamado guaranda, cuatro perdieron la vida, incluidos, lamentablemente, dos menores.
Las causas que generan los infortunios en las carreteras están asociadas con la ingestión de bebidas alcohólicas, la ausencia de luminarias, sobre todo en vehículos de tracción animal; el irrespeto al derecho de vía, la distracción de los choferes en el ejercicio de su labor, el adelantamiento indebido, el deslumbramiento en horario nocturno y, en sentido general, el poco dominio de la Ley 109, Código de Seguridad Vial.
Los accidentes de tránsito, casi siempre evitables, pueden terminar, en segundos, con el ser humano. Conducir responsablemente no solo garantiza la llegada segura a su destino; es, también, un acto de amor hacia usted y hacia los demás.