
Desde lejos, el humo blanco asoma entre las edificaciones cercanas. A pocos metros ya huele a dulce, los cuchillos crujen. Usted puede percibir miradas y sonrisas de mujeres cargadas de sano orgullo. Está en marcha la conservación de alimentos en una nueva instalación de la Unidad empresarial de base de la Industria Alimentaria en Cauto Cristo.
Un equipo caracterizado por la agilidad, la disciplina y la cordialidad, asume el procesamiento de frutas, hortalizas, viandas y granos para la comercialización al pueblo.
Es visible la motivación durante la faena, incluidos, muchas veces, los fines de semana, cuando el proceso lo amerita, para evitar la pérdida de materia prima.
En ciclos altamente productivos aplican cambios de labor. Suman esfuerzos y para ganar en calidad, todas escuchan a María Soto Castillo, experimentada elaboradora con cerca de 20 años de labor ininterrumpida, quien comenta acerca de los beneficios de esta inversión para ellos como trabajadores:
“Las condiciones han mejorado y tenemos que cumplir lo que nos toca: trabajar más para los clientes. Antes, el local era solo para almacén. Por muchos años laboramos bajo techo, pero el aire impedía mayor rapidez en la cocción.
“Hace pocos días, arrancamos con la elaboración en este nuevo sitio que es más amplio, confortable y posee todo lo necesario para el cumplimiento de nuestra tarea.
“Elaboramos trocitos de fruta bomba, preparamos pepino y ají pimiento para encurtidos que tienen alta demanda y son sabrosos, especialmente para la cena de este fin de año. En otra área obtenemos los casabes y el pinol.
“Aquí todos aportamos de una forma u otra. Somos buenos compañeros y compartimos las funciones. Estoy contenta con esta obra”, afirmó la cautocristense.
Los hombres igualmente comprometidos están decididos a mostrar la mejor imagen de la entidad. Mientras unos azuzan el fuego debajo de unas calderas donde el almíbar hierve, otros adelantan la limpieza y el embellecimiento exterior.
Para Wilder Aguilar Avilés, director de la institución, es una gran oportunidad poseer este inmueble acondicionado en espera de un año, donde se prevé un mejoramiento económico y sus aportes pudieran ser superiores tanto en servicios como en el aspecto financiero.

“Es una acción necesaria y estamos agradecidos de tener ya concluida toda la parte constructiva. Fue un esfuerzo económico sobresaliente, con un costo superior a los tres millones de pesos.
“Esta fábrica dispone de áreas de elaboración, lavado, almacenaje, producciones terminadas y recepción de materia prima.
“Nuestros suministradores son las cooperativas y los productores individuales también nos venden. Contamos con una resolución que ampara el acceso directo a los bienes que necesitamos para acometer nuestros compromisos con el pueblo”, confirmó el directivo.
Manuel Escalona Fernández, administrador de la panadería correspondiente a la Industria La única, expresa la responsabilidad asumida por sus colegas en el quehacer diario para ofertar al pueblo el pan:
“Actualmente disponemos de la materia prima para la elaboración destinada a la canasta básica, los servicios educacionales y de la salud.
“Dos grupos de trabajo tienen este encargo: uno entra a las dos de la tarde y los demás se incorporan a las 4:00 de la madrugada.
“El promedio de edad de los elaboradores y maestros es de 35 años. Estamos muy motivados con las actividades organizadas en nuestro territorio para festejar el advenimiento de este nuevo aniversario del triunfo de la Revolución cubana”, concluyó Escalona Fernández.
La Industria Alimentaria posee una nómina total de 73 trabajadores en sus tres unidades ubicadas en Cauto Cristo, Babiney y Tranquera. Desde cada una de esas localidades la apuesta es por superar los rendimientos productivos.