
Tal vez algunos se sorprendan con el dato: Granma es la provincia que menos directores ha tenido en Series Nacionales: solo nueve desde 1977, año en que hizo su primera incursión en nuestros clásicos, hasta el presente.
Carlos Martí Santos dirigió en 33 ocasiones a los peloteros de este territorio y, como sabemos, es el recordista absoluto en ese aspecto en Cuba.
Para que los lectores puedan tener una idea: el que le sigue en Granma al avezado estratega es Indalecio Alejándrez, apenas con tres participaciones.
En dos oportunidades tuvieron esa responsabilidad Arnaldo Iznaga, Marcos Fonseca y Ángel Ortega. Mientras, han dirigido un solo torneo Agustín Arias (ya fallecido), Ramón Rodríguez, Osvaldo Avilés y recientemente Leonardo Soto.
Según las valiosas estadísticas de Jorge Luis Rosabal, tienen un average superior a 500, Ángel Ortega (551, 98-60), Indalecio Alejandrez (549, 128-105), Arnaldo Iznaga (538, 70-60) y Carlos Martí (528).
Los demás quedaron por debajo de ese número: Leonardo Soto (473, 35-39), Agustín Arias (461, 28-37), Osvaldo Áviles (378, 36-54) y Ramón Rodríguez (344, 31-59).
Generalmente, la práctica con estos mentores que tienen pocos juegos dirigidos fue sacarlos al año siguiente si no clasificaban en su primera temporada, aunque en el caso de Ángel Ortega, se le dio una segunda oportunidad tras el lugar 11 ocupado en su debut, e Indalecio tuvo chance de dirigir la tercera vez pese a no clasificar en su segunda, en la que terminó noveno, cuando se inventó por primera y única ocasión un torneo con los no clasificados.
En cuanto al average en play off, el único por encima de 500 es Carlos Martí, con 56 victorias y 54 derrotas, para 509. Los otros tres con participaciones en play off son Indalecio, Ortega (ambos 6-7) y Fonseca (3-6), quienes llegaron a semifinales.
Por todos estos números, otra de las tareas del béisbol en Granma es desarrollar directores, aunque sin “quitar por quitar” después de la primera vez. Téngase en cuenta que Carlos Martí, el referente de los estrategas de Granma, alcanzó su primera medalla (bronce), en 1989, después de duro batallar en los diamantes.