¿Las actividades programadas durante el mes de julio cumplieron las expectativas del pueblo granmense? ¿Se previeron con objetividad? ¿Cuál es el criterio popular acerca del desarrollo del programa hasta la fecha?
Por la respuesta a esas interrogantes, visitamos diferentes áreas dedicadas al verano, donde saltaron a la vista la falta de organización, planificación, previsión, creatividad, interés y sentido de pertenencia por algunos directivos y empleados.
Tales comportamientos han provocado criterios desfavorables en vacacionistas, que buscan fuera de casa propuestas interesantes para compartir en familia, con amigos o la pareja.
Aunque las altas temperaturas convidan a tomarse una cerveza o un refresco bien fríos, en varios centros recreativos esas bebidas están calientes, porque no hay hielo o la nevera está rota.
En cuanto al helado, si no está derretido, brilla por su ausencia, refieren moradores de Jiguaní, los pequeños allí no pudieron degustar esa sabrosa golosina el Día de los niños; tampoco los de Grito de Yara, en Río Cauto.
Criterios recogidos, mediante los buzones colocados en los puestos de mando del verano en los 13 municipios del territorio, y por los activistas voluntarios de opinión del pueblo del Partido, expresan la poca atención a los parques infantiles, necesitados de mantenimiento, de pintura, con equipos rotos en el suelo, y cuya solución no depende del más experimentado ingeniero, sino de la voluntad, la gestión y el empeño de los gobernantes locales.
El parque infantil de Babiney, en Cauto Cristo, es visible el deterioro de los cachumbambés, y los de Santa Rita, Jiguaní, no se encuentran habilitados para prestar servicios al público; también ha faltado el logo del verano, como si este fuera el primer período vacacional que organizan.
Algo similar ocurre en áreas de ese tipo, en consejos populares de Manzanillo y Niquero.
Las ofertas gastronómicas tampoco satisfacen la demanda de la población y, en ocasiones, donde prestan el servicio no prima calidad ni variedad, y algunos precios continúan elevados.
Tales exigencias, las hacen los habitantes de Marea del Portillo, en Pilón, de Cauto Cristo, Bayamo, Manzanillo y Jiguaní, por solo citar algunas cabeceras municipales; en las comunidades hay mucho menos opciones.
También, recibieron fuertes críticas, las actividades de cultura en Manzanillo, donde se improvisan muchas y se incumplen las previstas en cartelera, lo cual provoca baja participación, gasto innecesario de recursos y un mal estado de ánimo de los asistentes; dicha problemática no ocurre solo en esa ciudad, sino en otras comunidades a las cuales no llegan los artistas por fallos en el transporte.
Entre otras insatisfacciones están las insuficientes iniciativas en las comunidades; una promoción demasiado convencional o nula, y la falta de opciones en los días de semana, pues suelen concentrarse de viernes a domingo.
Sin embargo es válido reconocer la destacada intervención de los trabajadores de Deportes en cada paraje de la geografía granmense, quienes s esfuerzan por un esparcimiento saludable.