Remover nuevamente el sentimiento

Share Button
Por Sara Sariol Sosa | 3 diciembre, 2015 |
0

La violencia de género, se distingue de otros tipos, porque está enraizada precisamente en comportamientos prescritos, en normas y actitudes basadas en el género y la sexualidad, que supone una relación de poder y necesita de este para su manifestación concreta.

A tono con la batalla nacional por el orden social, que incluye el enfrentamiento a actitudes violentas, vale entender por esto, también, todo acto u omisión intencional en el ámbito de las relaciones interpersonales en la familia, basado en desigualdades por razones de género y que provoca daños físicos, psicológicos y/o patrimoniales causando irrespeto a los derechos individuales.

La violencia, según sus ejecutores y las víctimas participantes puede ser grupal o individual (entre hombres y mujeres, entre hombres y entre mujeres), y tiene como víctimas por excelencia a las últimas, con predominio de la violencia psicológica.

Muchas son sus formas de expresión, según los medios empleados (física, emocional, abandono) y los daños que ocasiona  (física, psicológica, económica, sexual).

Entre sus exposiciones están no solo los golpes, sino también la no participación en lo doméstico, el abuso de la capacidad femenina de cuidado y de servicio adquirida en socialización y la manipulación emocional (si no haces esto es porque no me quieres).

Se incluyen la desautorización (no le hagas caso a tu mamá sino a mi), el hipercontrol de tiempos (dónde estabas, ha pasado una hora desde la salida del trabajo), las coacciones a la comunicación, no informar sobre el uso del dinero común, la apelación a la superioridad de la lógica varonil (yo nunca me equivoco), y la atribución culposa (tú te lo buscaste).

Estas y otras, causan depresión, angustia, trastornos del sueño y la alimentación, inseguridad, baja autoestima, parálisis social, lesiones físicas, y en el peor de los casos muerte.

Entre los muchos casos que por situaciones violentas se atienden cada año en la Casa de orientación a la mujer y la familia en nuestro territorio, se encuentran los  de madres dependientes económicamente del esposo, y que por mitos con respecto al matrimonio aceptan o sobrellevan la situación, por no separar los hijos de su papá.

Muchas veces estas temen separarse de quien las ha sometido durante años, y se producen situaciones diversas, que en muchos casos derivan en violencia física, con empujones y golpes, desde los más simples hasta los más complejos.

Todavía persiste en algunos hombres  la errónea creencia de que la mujer es de su propiedad, no aceptan cuando ellas han decidido terminar la relación por diferentes motivos, ni pueden entender que más conveniente es una separación comprensiva, por el bien de la pareja y sobre todo de los hijos.

Con ese y otros importantes mensajes, Cuba desarrolla desde este miércoles y hasta el 10 de diciembre venidero, una nueva jornada por la no violencia contra la mujer:

Será esta una suerte de apelación a los más profundos y puros sentimientos masculinos, en lo que tanto hemos ganado y aún un poco queda por ganar.