
El Premio Nacional de la Música (2011), Wilfredo Salvador Naranjo Verdecia (Pachi), laureado con la Distinción Por la Cultura Nacional, es un padre excepcional, sin ínfulas de grandeza y agradecido por los reconocimientos recibidos en su carrera, como pianista, compositor, arreglista y director de la orquesta Original de Manzanillo.
Hombre sencillo y humilde, portador de una caballerosidad envidiable, inducida por la educación de sus ascendientes, siente orgullo frente a la nueva formación de Originales a su cargo:
“Me dicen Maestro, Papá… y me considero progenitor de esos muchachos, que asumen con responsabilidad el estilo propio y único de la agrupación.
“Todos defienden ese legado, junto a los demás jóvenes que se quedaron conmigo. Son como hijos que preservan lo que su padre desarrolló durante más de medio siglo: una familia musical inigualable”.
El también Maestro de juventudes (2013), que en ocasiones viste pullover con la palabra Cuba en el pecho, no es dado a escribir en redes sociales, cuando lo hace es para bien. Gusta de la cocina manzanillera, en especial la liseta frita, rechaza a los manipuladores y a los fabricantes de fake news y siente orgullo de vivir en la ciudad natal, desde donde proyecta su obra al mundo.
Viaja con boleto de una sola dirección. Quien le acompañe y se baje, queda en el andén. Por eso estará en Holguín, este domingo para, junto a sus hijos y seguidores, ponerle mayor alegría al Día de los padres.
¡Felicidades a nuestros progenitores!