La Habana .-(ACN) Bajo la consigna de que la información es un campo de batalla y la articulación, la única estrategia viable, el panel “Experiencias de articulación para otro mundo posible” se erigió hoy como el corazón teórico y práctico del I Festival Granma-Rebelde.
El encuentro, más allá de un mero intercambio de experiencias, funcionó como una plataforma de inteligencia colectiva donde movimientos sociales de Cuba, España, China y Türkiye diseccionaron el modelo hegemónico y presentaron sus prácticas concretas de autogestión, teniendo al poder popular y a la comunicación contrahegemónica como ejes centrales.
Arlin Alberty Loforte, directora de Granma Internacional, en sus palabras introductorias, enfatizó que el festival y el propio periódico Granma no son solo medios informativos, sino “instrumentos de articulación y pedagogía política”.
Su labor, señaló, es tejer puentes entre las luchas, visibilizar las alternativas que el poder mediático global oculta y convertir la información en un nutriente para la organización popular.
Los panelistas explicaron cómo, desde la práctica periodística concreta, se articulan actores comunitarios, académicos y movimientos sociales para documentar, sistematizar y difundir las experiencias de autogestión en Cuba.
José Luis Centella, secretario general del Partido Comunista de España, se centró en la lucha por lo común frente al desmantelamiento neoliberal y relató experiencias de construcción soberana en sectores vitales, como los modelos de salud comunitaria, que defienden el derecho a la vida frente a la mercantilización.
Kemal Okuyan, secretario general del Partido Comunista de Türkiye (TKP), destacó la importancia de la unidad ideológica y la formación política para enfrentar la propaganda del imperialismo y el fascismo.
“La articulación sin una brújula clara es un barco a la deriva, nuestra batalla es también por la conciencia, por demostrar que existe una alternativa científica y organizada al capitalismo”, señaló.
Li Zongyuan, secretario del Comité del Partido Comunista de China (PCCh) y director general del Museo de Historia del PCCh, ofreció la visión desde un proyecto de socialismo en el siglo XXI y resaltó el papel de la educación histórica y la preservación de la memoria como herramientas fundamentales para la articulación de un pueblo.
“Comprender la lucha pasada es cimentar la unidad en el presente y proyectar la seguridad del futuro. Nuestra articulación se basa en una identidad política forjada en más de100 años de esfuerzo colectivo”, explicó.
El debate concluyó con un consenso tácito: aunque las batallas son diversas, ya sea por el agua en España, la tierra en Türkiye, la soberanía tecnológica en Cuba o la integridad nacional en China, existe una conciencia creciente sobre la necesidad de la articulación.
Los panelistas dejaron claro que la unidad en la diversidad se perfila como la estrategia fundamental para enfrentar al enemigo común: un sistema capitalista que depreda los recursos y fragmenta a los pueblos.
La comunicación emancipadora, el internacionalismo concreto y la construcción de poderes populares autogestionarios son los pilares de esta estrategia.
Granma-Rebelde encontró en este panel un vibrante ejemplo de que otro mundo no solo es posible, sino que ya está siendo sembrado y construido en el arduo y fecundo quehacer de los pueblos organizados, que han convertido la palabra, la historia y la acción colectiva en sus trincheras.