
En una entrevista concedida al diario católico Avvenire, el Sumo Pontífice expresó que esas acusaciones ‘NO me quintan el sueño’ y aseguró que prosigue el camino de su predecesor, en línea con lo proclamado por el Concilio Vaticano II.
En el caso específico de su reciente visita a Suecia para asistir a la conmemoración por los 500 años de la Reforma protestante encabezada por Martín Lutero, manifestó que ‘fue un paso más en el camino ecuménico iniciado hace 50 años en un diálogo teológico luterano-católico el cual ha dado sus frutos con la declaración común firmada en 1999’.
En otra parte de la entrevista, Francisco fue enfático al afirmar que el cáncer de la Iglesia es vanagloriarse unos a otros, lo cual sucede cuando la persona utiliza la institución para cultivar y alimentar su sed de dominio y afirmación individual y la ve como ‘una realidad humana autosuficiente, donde todo se mueve según lógicas de ambición y poder’.