
El incremento de los índices de infestación del mosquito Aedes aegypti en la provincia, y el consiguiente aumento de los casos de dengue, pone en rojo las alarmas sanitarias en Granma.
Tal escenario se agudiza con las altas temperaturas y elevada humedad relativa de estos meses, condiciones muy favorables para la proliferación de focos del mencionado vector. La circulación en este suroriental territorio y en otras partes de Cuba de serotipos más fuertes de la mencionada enfermedad, no solo complejiza e incrementa los síntomas, sino que hace más letal la patología, realidad que lamentablemente ha generado varias muertes.
Aunque toda persona corre riesgos de infección, es más frecuente en la edad pediátrica, con mayor incidencia de casos en la edad escolar, en los que se presenta una etapa febril que puede ser indeterminada, sin síntomas o asociada a dolores de cabeza, en los ojos, en la región lumbar, en las articulaciones, malestar generalizado, erupción cutánea.
Entre los signos que definen una evolución anormal, según los profesionales de la medicina, están la fiebre persistente, las náuseas y vómitos tenaces, dolor abdominal fuerte, sensación de repletura o muy terso el abdomen, decaimiento, hipotermia, presión baja por pérdida de electrolitos por la fiebre y confusión mental.
Si a partir del tercer día, cuando aumenta la enfermedad, hay caída importante de leucocitos y de plaquetas es mayor el riesgo de perder la vida.
En una información publicada en La Demajagua la doctora Isabel Agüero Sánchez, directora de Higiene y Epidemiología en la capital de Granma, expresó que son alarmantes las cifras de niños enfermos, reportándose un índice de infestación 0.97, cuando lo normal es 0.05, colocándose como el más alto del último quinquenio.
Las autoridades sanitarias del territorio consideran que es baja la percepción del riesgo en cuanto a la enfermedad, pues en muchas ocasiones las personas no asisten de inmediato al médico ante los síntomas referidos, o quieren sanarse de la enfermedad desde la casa, en la cual muchas veces no están todos los medicamentos, el personal especializado y donde podemos contagiar a familiares y vecinos si no se cumple estrictamente con el imprescindible aislamiento.
En esta batalla por la salud y la vida es necesario adoptar medidas como el autofocal familiar y laboral, mantener tapados los tanques o depósitos de agua, echarle el abate en caso de tenerlo, no acumular basura, drenar los desagües y solucionar los salideros de agua que son un habitad ideal para el mosquito.
Y otra cuestión importante es el trabajo conjunto entre entidades estatales y la población, pues muchos problemas de recogida de basura, solución de salideros, limpieza de sitios enyerbados no solo dependen de la intervención de Comunales, Salud Pública y Acueducto, sino del barrio, que no debe estar cruzado de brazos esperando que la ayuda venga de fuera, cuando muchos de esos problemas pueden solucionarse con el concurso de todos los vecinos.
No es momento de pasividad e indiferencia ante la alarmante situación, porque todo lo que se pueda hacer a tiempo para evitar la proliferación del vector, es un paso más en el camino para superar esta contingencia, que no se puede tener a menos, porque el dengue puede ser mortal, y eso lo convierte en un peligro que no debe subestimarse.