
En las plantaciones de erguidas cañas de más de dos metros de alto existentes en el barrio de Santa Rosa, jurisdicción de Campechuela, acciona en estos días el pelotón de corte mecanizado de la cooperativa de producción agropecuaria Jesús Menéndez Larrondo, compuesto por tres viejas pero modernizadas combinadas KTP 2, cuatro camiones, uno de servicios y tres con remolques, encargados de transportar la materia prima acabada de cortar, directamente al central azucarero Enidio Díaz Machado.
A los equipos mencionados se les suman una pipa con agua, lista para entrar en acción en caso de incendio, un tractor que mueve los remolques vacíos para engancharlos a los camiones y llenarlos de la gramínea, y un taller móvil.
Los integrantes de esa tropa son 20, dado que además de los operadores de los equipos mencionados, en ella hay, también, cuatro mecánicos, un computador-enganchador de tráiler, un noviero, una cocinera que elabora los alimentos a orilla de los cañaverales y los sirve caliente a los comensales, mientras el agua para tomar es fría.
Completan la nómina el jefe del pelotón, Rafael Sardina Lago, quien destaca que sus “soldados” entran al “campo de batalla” a las 6.00 de la mañana cada día y salen a las 8.00 de la noche, excepto que por problemas de la industria sean detenidos los cortes.
Sardina Lago dice con orgullo que en recientes zafras anteriores su pelotón fue millonario, también dos de sus operadores de KTP2, al cortar más de un millón de toneladas de caña, proponiéndose repetir la hazaña en la actual.
La veintena de integrantes de ese pelotón, junto a otras fuerzas de corte en Casmpechuela y Niquero, son los alimentadores de las metálicas fauces y estómago del Enidio Díaz, esfuerzo que sus obreros reconocen y le corresponden produciendo azúcar.
Felicidades a este colectivo que con su trabajo aporta su granito de arena al país en situaciones muy difíciles