#PeriódicoLaDemajagua45: Las adversidades no fueron barreras

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Por Elienys Pérez Pacheco (Estudiante de Periodismo) | 8 octubre, 2022 |
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FOTO/Rafael Martínez Arias

Hilos blancos invaden su cabeza y pequeños caminos recorren el rostro de José Ramón Morales Valido, a sus 82 años es un hombre experimentado, conversador y con ganas de aprender más.

“Recuerdo como ahora el día que vi el primer ejemplar de La Demajagua, acostado en el carro, abrí los ojos al escuchar un ruido; alguien me enseñaba desde la puerta el resultado del sacrificio de un colectivo.

“Soy un autodidacta por naturaleza, era de los niños que no jugaba por estar todo el día entre libros, sin embargo, detestaba la escuela, lo que me llevó a trabajar desde muy temprana edad, pero siempre buscando la forma de superarme, creo que de ahí viene mi motivación  como periodista.

“Esta es la mía”-y suelta una carcajada al recordar la simpática expresión, utilizada en aquel momento cuando decidió estudiar esta profesión.

Con una taza de café continuó la conversación, para  llegar con ese sabor a lo que sería la obra de su vida, la fundación del periódico.

“Cuando cursaba el tercer año de la carrera, me llaman para formar un equipo que trabajaría en la creación del rotativo provincial, este contaría con la colaboración del Sierra Maestra, en Santiago de Cuba.

“Esos días fueron inolvidables y más que destacar el quehacer periodístico, debo resaltar a ingenieros y mecánicos, quienes no descansaron ni una sola vez.

“Yo vi desmontar una máquina de hacer asfalto, en la  entonces Planta 26 de Julio, y de ahí sacar lo necesario   para destinarlo a la rotativa, todo en función de cumplir este sueño.

El rostro de Morales dibuja tristeza al recordar a Rafael Jorge (Felo), mecánico excepcional, solo con mirar sabía cuál era el problema, su fiel amigo y eslabón principal  en la gran hazaña a realizar.

Otro de los imprescindibles fue Miguel Ángel Suárez (Tony), miembro del Buró provincial del Partido, quien no paraba hasta ver listo el trabajo de todos.

Mientras, vienen a su mente las dificultades que pasaron, y muchas veces tenía el sobresalto en horas de la madrugada, cuando había algún problema y, a pesar de estos, lograron sacar los primeros ejemplares.

“Sin duda alguna el periódico marcó mi vida”. La Demajaga fue su escuela, allí conoció a personas que  formaron parte de su historia y quedaron como una huella imborrable.

 

 

 

 

 

 

 

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