Perucho Figueredo: abogado, poeta, músico y patriota

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Por Gislania Tamayo Cedeño | 17 agosto, 2024 |
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Perucho Figueredo fue fusilado el 17 de agosto de 1870 hace 154 años por las fuerzas españolas en Santiago de Cuba. Es considerado una de las figuras más brillantes de las guerras por la libertad cubana, puesto que amaba a su patria y a su ciudad natal: Bayamo.

Perucho Figueredo, varón de estirpe patriótica fue uno de los que reunió a sus hombres más cercanos para unirse a la insurrección en el ingenio Demajagua cuando aquel 10 de octubre de 1868 Carlos Manuel de Céspedes les dio la libertad a sus esclavos.

Fue entonces cuando le oyeron decir: “Me uniré a Céspedes y con él he de marchar a la gloria o al cadalso”.

El 17 de octubre de 1868 se unió con sus hombres a la tropa del Padre de la Patria, quien le confirió el grado de teniente general y jefe del Estado Mayor, bajo las órdenes del también teniente general Luis Marcano. Junto con ellos participó en la toma de Bayamo.

En la contienda independentista alcanzó el grado de Mayor general del Ejército Libertador, y estuvo entre los primeros en prender fuego a su casa, ante la inminente caída de Bayamo en manos españolas.

El 16 de agosto de 1870 lo presentaron a un consejo de guerra. En la declaración ante los jueces con su mirada firme manifiesta:

“Soy abogado y como tal conozco las leyes y sé la pena que me corresponde. La de muerte. Pero no por eso crean ustedes que triunfan, pues la Isla está perdida para España; el derramamiento de sangre que hacen ustedes es inútil y ya es hora de que reconozcan su error. Y agregó… Si siento mi muerte es tan solo por no poder gozar con mis hermanos la gloriosa obra de redención que había imaginado y que se encuentra ya en sus comienzos.

Perucho tenía 52 años cuando fue asesinado frente a un pelotón de fusilamiento en una fortaleza de Santiago de Cuba, acusado de alta traición por un tribunal militar.

Los restos de este abogado, poeta, músico y patriota reposan en el cementerio de Santa Ifigenia, junto al de otros tantos patriotas que también ofrendaron su vida.

El mayor homenaje a Perucho Figueredo es entonar todos los días las notas de nuestro Himno nacional…

Al combate corred, bayameses, que la patria os contempla orgullosa. No temáis una muerte gloriosa, que morir por la patria es vivir.

 

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